La apuesta de la uva de mesa mexicana
John Pandol, director de proyectos especiales en Pandol Brothers

La apuesta de la uva de mesa mexicana


Por John Pandol

¿Es México un buen lugar para producir uva de mesa? Hace 25 años probablemente la respuesta sería “no”. Un clima extremo, en el que no hay horas de frío; después de la brotación a fines de enero, en la época que se aplica el ácido giberélico, las temperaturas son muy volátiles. “Febrero es loco, marzo otro poco” dicen los agricultores. Después del día de San Juan empieza la época de lluvias de verano. Caen 40 mm en 40 minutos y al mediodía siguiente los 40 grados no se hacen esperar. ¿Es así como quiere vivir la vid?

Además, el país azteca permitía un límite de 100 hectáreas por agricultor como resultado de leyes de reforma agraria, un sistema bancario colapsado e importaciones de insumos muy restringidos.
Cuando Pandol Brothers comienza a comercializar a principio de los 90’s la uva de mesa producida en el estado de Sonora, México, el país exportaba aproximadamente 4 millones de cajas a EE. UU. entre mayo, junio y julio. El valle de Coachella en California producía 11 millones y Arizona 2. La calidad de la uva producida en México era muy inferior. No se sabía si el volumen iba a llegar o no, cuándo iba llegar y si llegaría con la calidad adecuado.
Hoy Sonora exporta sobre 20.000.000 de cajas mientras que Coachella cosecha entre 3 a 4 millones. La uva de mesa en Arizona desapareció y la calidad mexicana es la misma que la estadounidense.

Sin embargo, la experiencia mexicana es muy distinta a la chilena o peruana. El gran crecimiento de la fruticultura en Chile y en Perú se debió a que llegaron a mercados vacíos o con poca competencia. El éxito de México en productos como la uva o el tomate estuvo en ganar participación de mercado, compitiendo directamente con los productores estadounidenses.

En 1994 México eliminó el límite de las 100 hectáreas por agricultor, lo que permitió y dio paso a una actividad más profesional y a una viticultura más moderna. En tecnología, Chile tenía intercambio con las universidades de California desde los 40’s. Los grandes nombres de investigadores frutícola llegaron a Chile a hacer charlas y cursos. México no tuvo esos intercambios y tuvo que desarrollar sus propias prácticas y técnicas.
Con mayo y junio conquistados ¿cuál es el próximo desafío para los mexicanos? A diferencia de los sudamericanos, que están preocupados por abastecer mercados en 20 o 40 países, los mexicanos tienen sus ojos fijos en Norteamérica. Por otra parte, los supermercados están buscando otras opciones para abril con el objetivo de reemplazar uva vieja de Chile y más vieja de Perú con productos más frescos. Sin lugar a dudas, un gran desafío para México, sobre todo porque hoy hay terrenos en el centro del país con la escala suficiente para desarrollar proyectos de uva. Un buen ejemplo es Jalisco que logró el interés de algunas cadenas norteamericana, además de proyectos piloto en otras localidades.

Ahora bien, ¿quién será el proveedor preferido de uva en abril: México o Sudamérica? En el mundo del retail se dice que la lealtad es la ausencia de algo mejor. Por lo tanto, hay que estar atentos.

 

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