The show must go on

The show must go on


Gustavo Yentzen Wilson Director Visión Frutícola

Si revisamos la prensa internacional hoy vemos que los bloques de Oriente y Occidente se enfrentan, cual déjà vu, en una pugna para responsabilizarse mutuamente por la crisis inflacionaria que enfrenta el mundo entero. Aún más, hace pocas semanas el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en un discurso donde arremetió contra los países occidentales declaró el fin de “la era del mundo unipolar”. De esta forma volvemos al pasado, y se vuelve a levantar una nueva “Cortina de Hierro” entre Oriente y Occidente.

Las repercusiones a nivel global y, por supuesto, para nuestra industria son enormes. Cabe preguntarse entonces si el mundo está preparado para enfrentar la mayor inestabilidad de las últimas décadas o incluso, si nuestra industria es capaz de resistir la incertidumbre que se suma a todas las repercusiones de la pandemia y posterior guerra entre Rusia y Ucrania: mayores costos en los fertilizantes, mayores costos en la cadena logística, menor disponibilidad de mano de obra y ahora, producto de una inflación desbocada, un consumidor con un poder adquisitivo cada vez más reducido.

Nuestra industria, al igual que el líder de la banda de rock inglesa Queen, Freddie Mercury, deberá entonar “The show must go on” y aprender a vivir bajo la incertidumbre de este nuevo esquema mundial, que podríamos definir como “bipolar”, “tripolar” o incluso “multipolar”.

La situación para la industria ya es muy difícil, analizando los resultados de las principales especies de frutas exportadas desde Sudamérica: uvas, arándanos, manzanas e incluso cerezas, no hay duda de que se viven tiempos complejos. Algunos exportadores hablan de la “tormenta perfecta”, otros de enfocarse en “reducir pérdidas, más que maximizar ganancias” y algunos, lamentablemente, hablan de “reorganización y Chapter 11”.

Se avecinan tiempos duros y habrá que enfrentarlos con las mejores estrategias y los recursos que estén disponibles. Muy probablemente algunas empresas sucumban, pero la historia nos ha demostrado, una y otra vez, que después de cada tormenta viene la calma. Nuestra meta como industria debe ser la de subsistir hasta que amaine el viento en contra y podamos continuar con nuestra misión de abastecer de las mejores frutas al mundo. Y es que el show debe continuar.

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