Tecnología antimicrobiana en el ADN
EN LA MIRA | Copptech

Tecnología antimicrobiana en el ADN


Por Claudia Carranza Coron

Calcetines, ropa para mascotas, mascarillas, cañerías de riego, materiales de construcción, envases para alimentos. Estos son solo algunos de los productos en los que se ha incorporado la tecnología antimicrobiana de Copptech, que integra sus soluciones patentadas de manera inherente en diferentes materiales permitiendo eliminar bacterias, virus y hongos. Es ahí donde se encuentra su principal fortaleza, estas propiedades pasan a ser parte de la estructura del producto final, de su ADN. Ciencia e innovación están en la base de este emprendimiento que comenzó hace cerca de 10 años, registra un crecimiento anual de 40%, hoy se encuentra en etapa de expansión hacia mercados internacionales y a la espera de una inyección de capital que le permita seguir desarrollando nuevos proyectos y crecer en su equipo comercial, de manera de poder escalar todas las diferentes soluciones que ya tienen probadas en Chile.

Copptech comprende distintas tecnologías antimicrobianas únicas, creadas por Luis Améstica, doctor en ingeniería química y CTO, quién está a cargo de las investigaciones y desarrollo del producto. “Nuestra idea fue juntar cobre y zinc y patentar su uso. Partimos con los calcetines Monarch y fue un éxito, luego fueron los tableros de melamina con Arauco. En el fondo es un traje a la medida para cada aplicación. Cuando usas la tecnología Copptech en un producto, no tienes que modificar nada en sus procesos. No se requiere hacer una inversión o comprar una máquina adicional. Nosotros visitamos la planta, vemos todo y sobre la base de un brainstorming ofrecemos la mejor solución”, explica Luis. “Esto permite que le entreguemos un protocolo de aplicación a cada cliente, para aplicar Copptech en su cadena de suministro”, agrega Bárbara Silberberg, quien lidera el área de marketing e innovación de la empresa.

“Nuestra historia empieza con cobre, pero el recorrido nos ha llevado a crear otras soluciones que puedan responder a las necesidades existentes hoy, como lo son la sustentabilidad y la versatilidad”. Bárbara Silberberg, marketing e innovación

Uno de los beneficios de Copptech es que pueden ofrecer sus tecnologías en diferentes presentaciones, lo que permite incorporarla a materiales muy distintos sin alterar los atributos característicos del producto final, pero integrando esta propiedad antimicrobiana contra bacterias, virus, hongos e incluso termitas y ácaros, de acuerdo a los objetivos de cada empresa.

Bárbara, quien además es su co-fundadora, explica que “a nivel global hemos visto empresas que hacen cosas parecidas, pero nos distingue principalmente nuestra capacidad de trabajar con una multiplicidad de compuestos. Nuestra historia empieza con cobre, pero el recorrido nos ha llevado a crear otras soluciones que puedan responder a las necesidades existentes hoy, como lo son la sustentabilidad y la versatilidad. Flexibilizamos nuestro producto para adaptarnos al cliente y no al revés. Eso ha facilitado mucho que podamos tener ya más de 40 partners en diversas industrias.”

En el tiempo que llevan en el mercado ya cuentan con presencia en China principalmente como punto de abastecimiento, Estados Unidos para el tema comercial y en Chile con lo que llaman su “centro de excelencia”, integrado por su laboratorio de desarrollo, testeo y prototipaje. Desde hace unos meses están presentes también en Inglaterra, a donde trasladarán sus oficinas centrales. “El gobierno inglés tiene un programa con el que invitan a empresas que están en una etapa de posicionamiento como en la que estamos ahora, que ya tenemos algunos clientes extranjeros, para que podamos hacer innovación y desarrollo también desde allá. Te apoyan para la oficina, con contactos para que Copptech también pueda trabajar y crecer tanto en productos como en nuevos mercados”, señalan.

EXPERIENCIA EN LA AGROINDUSTRIA

Dentro de los sectores que han explorado se encuentra la agroindustria. Sabiendo que en sus manos tenían una tecnología que podría extender la vida útil de los alimentos, buscaron maneras de conocer todos los factores que influían en su descomposición. “Visitamos una empresa frutícola con un equipo comercial y técnico, observamos todo el proceso del campo y vimos que había una serie de áreas de oportunidad. La descomposición de la fruta en el proceso, el tiempo de vida, se debía a un montón de pequeños efectos que se iban produciendo desde el árbol. Vimos que una opción era tener cañerías de riego de goteo con esta tecnología, incorporarla al plástico de la misma cañería”, explica Luis. Hoy día se encuentran en un proceso de prototipaje y prueba en campo con una reconocida empresa nacional, para certificar la solución antimicrobiana y su efecto.

La aplicación de Copptech en las cañerías traería diferentes beneficios. La eliminación microbiana mejora la calidad del agua con que los frutos son regados. Esto implica que habría menos microorganismos en la fruta, que son los responsables de su descomposición prematura. Adicionalmente, “hemos podido ver que esos microorganismos generan una capa llamado biofilm, que impide que el agua corra en cantidades suficientes, tapando incluso los dosificadores de los goteos”. La principal aplicación que Copptech está desarrollando en el área de los alimentos es la de embalaje. El integrar la tecnología en los empaques que entran en contacto con los alimentos, permitiría alargar su vida útil. Una experiencia que comparten, en la que obtuvieron muy buenos resultados, son las pruebas realizadas con productores de pollos. “Envolvimos esta carne en un film protegido con Copptech y aumentó su vida útil en un 21%. En un principio no magnificamos muy bien la cifra, pero es un número importante porque significa más de un día, casi dos, de vida que gana el producto. La comida es más saludable para la persona como consumidor final, se desperdicia menos alimento y el productor puede llegar más lejos con su cadena de distribución y alcanzar otros puntos de venta”, explica Bárbara.

En Perú están trabajando con empresas como Carvajal Empaques y Danper. Con los primeros están desarrollando una variedad de clam shell en plástico y en la línea de polímeros han experimentado en el polietileno con productos como bandejas y vasos.

Luis precisa que en los empaques han trabajado en distintos frentes. “En papel donde se entrega, por ejemplo, un sandwich o la comida para llevar, en polímeros para los clamshells de frutas como berries, dentro de la celulosa cuando se hace la lámina de papel y la otra es ponerla en un barniz que se aplica sobre el envase”.

En el caso del empaque de huevos, la preocupación es la salmonella. Cuando se trata de carnes, pollos, u otras proteínas, el problema son las bacterias. En el caso de frutas y verduras el tema son los hongos y eso es lo que les preocupa en las bandejas de cartón para fruta de exportación, en las que también están trabajando. “Buscamos que estas bandejas sean anti fúngicas, de manera que se proteja el cartón en sí mismo y de esta manera a la fruta que va en ese embalaje. Ahí tenemos un caso en el que nos decían que antes de poner la fruta, el cartón ya tenía un hongo. Entonces obviamente esa fruta va a durar menos”, añaden.

En Perú están trabajando con empresas como Carvajal Empaques y Danper. Con los primeros están desarrollando una variedad de clam shell en plástico y en la línea de polímeros han experimentado en el polietileno con productos como bandejas y vasos, además de bandejas y clamshells en polipropileno como para aceitunas y frutos secos, y en PET. “Ya hicimos todos los estudios antibacteriales y hoy estamos en los estudios de protección de hongos. Carvajal va a hacer muy pronto los envases de polipropileno y en la segunda etapa vienen los de PET”, agrega Luis.

EMPRENDER EN CHILE

Al momento de emprender, los recursos son un factor determinante. Para obtener financiamiento hay que tocar puertas, buscar opciones, y su experiencia no ha sido diferente. Explican que tres de sus proyectos fueron financiados por Corfo y el resto por la misma empresa, durante los primeros años gran parte fue reinvertir en tecnología y en investigación.

El tema de patentes es otro punto a considerar y ha sido un costo de inversión importante para la compañía. “Tenemos tres patentes, todos los años hay que pagar su mantención, adicionalmente a los costos para obtenerlas. Llegó un momento en que la empresa decidió no seguir patentando nuevas invenciones, sino que optamos por tener procedimientos internos que no son revelados, como trade secrets para proteger los últimos hallazgos tecnológicos”, aclaran.

“Estamos creando ciencia para que esto sirva a las personas. No solo para dejarla entre cuatro paredes o en un paper bonito, sino que realmente esto pueda tener una utilidad para las personas, para los animales. Entregar un beneficio”, explica Bárbara. Y agrega que “si queremos que esto de verdad proteja a todo el mundo, tenemos que ser bien ingeniosos en cómo usamos la menor cantidad posible de nuestro aditivo en el producto final, para que tenga un costo que pueda ser escalable. Nuestro sueño es que nuestros clientes puedan partir quizás con un solo producto, pero que después toda su línea tenga Copptech”.

Los desafíos son permanentes y en este momento están relacionados con la instalación de sus headquarters en Reino Unido y con la expansión del negocio, “en encontrar los partners adecuados en un lugar nuevo. Si bien en Chile es un poco complicado, porque no es un lugar muy abierto a la innovación, tenemos más facilidades porque tenemos contactos. Pero ahora el desafío es lograr que allá conozcan la tecnología y la puedan incorporar”, precisan.

Deja una respuesta