Repensar la industria en época de crisis
Inflación y alimentos

Repensar la industria en época de crisis


Por Marcela Venegas Hartung

Las perspectivas económicas mundiales están sufriendo un grave revés debido en gran medida a la guerra entre Rusia y Ucrania, y esta crisis ocurre cuando la economía mundial aún no se ha recuperado por completo de la pandemia del Covid-19. Incluso antes de la guerra, la inflación en muchos países había estado subiendo por desequilibrios entre la oferta y la demanda y el apoyo de las políticas que se establecieron durante la pandemia dentro de los países, endureciendo en muchos casos sus políticas monetarias.

Según el último informe entregado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el índice de precios de los alimentos se situó en marzo de 2022 en un promedio de 159,3 puntos, es decir, 17,9 puntos (un 12,6 %) más que en febrero, con un salto gigante que lo llevó a un nuevo nivel, el más elevado desde su creación en 1990. El último aumento obedece a los nuevos máximos históricos de los subíndices de los aceites vegetales, los cereales y la carne, mientras que también subieron notablemente los del azúcar y los productos lácteos.

Este 2022 el índice de precios de los alimentos se situó en el nivel más elevado desde su creación en 1990, según la FAO.

Para Pierre-Olivier Gourinchas, Consejero Económico y Director del Departamento de Estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación se ha convertido en un riesgo claro e inminente para muchos países. “Incluso antes de la guerra ya había subido por la escalada de los precios de las materias primas y los desequilibrios entre la oferta y la demanda. Muchos bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos, ya habían dado pasos hacia un endurecimiento de la política monetaria. Los desórdenes relacionados con la guerra amplifican esas presiones. Ahora proyectamos que la inflación permanecerá elevada por mucho más tiempo. En Estados Unidos y algunos países de Europa ha alcanzado máximos inéditos en más de 40 años, en medio de escasez de mano de obra”, comenta el especialista.

Y es que la guerra se suma a una serie de shocks de la oferta que han golpeado la economía mundial en años recientes. “Rusia es un importante proveedor de petróleo, gas y metales y, junto con Ucrania, de trigo y maíz. La reducción del suministro de estos productos básicos ha hecho que sus precios se disparen. Los importadores de materias primas en Europa, el Cáucaso y Asia central, Oriente Medio, Norte de África y la región de África subsahariana son los más afectados. El alza de precios de los alimentos y los combustibles perjudicará a los hogares de menores ingresos de todas las regiones del mundo, incluidas las Américas y el resto de Asia”, agrega Gourinchas.

GUERRA V/S COMMODITIES

Para Tomás Flores, economista senior del Instituto Libertad y Desarrollo, es habitual que al observarse cambios bruscos en los precios de los commodities, ingresen al mercado especuladores que abultan la presión alcista en busca de una ganancia de corto plazo. Sin embargo, el cese al fuego en Ucrania generará un cambio en esta conducta y dichos especuladores comenzarán a mirar hacia otros mercados.

“Evidentemente, los precios y costos que se observan en la actualidad están reflejando un ciclo transitorio, por lo cual ambas variables deberían converger a niveles históricos durante los próximos 12 meses, en la medida que tengamos un próximo cese al fuego en Ucrania, ya que la invasión rusa ha alterado de manera sustancial el mercado del petróleo, gas y carbón, así como varios productos agrícolas, tales como cereales y aceites”, explica.

Flores agrega que “esta presión adicional de costos ya se ha manifestado en los resultados inflacionarios de todos los países, donde Chile no ha sido la excepción, lo cual obliga a los bancos centrales a subir aceleradamente la tasa de política monetaria, medida que logrará amainar la inflación, pero que pone al mundo en riesgo de recesión para el 2023”.

Si nos enfocamos en la industria agroexportadora estamos viendo un alza importante en los costos de insumos como, por ejemplo, los fertilizantes. Así lo explica Juan Pablo Subercaseaux, agrónomo, académico y Master en Economía Agraria de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien explica que “ya hay un alza de 300% en los fertilizantes nitrogenados y sobre el 200% en los de otro tipo, lo que ha provocado un golpe importante. Por otro lado, se ha producido un aumento en los costos de materias primas o activos fijos. No es lo mismo importar un tractor hoy que hace tres años, no solo por el efecto dólar, sino que también por la escasez a nivel mundial. Esto debería compensarse con el alza de precios de los productos que estamos produciendo para el exterior, sin embargo, se ha dado de forma tímida, es decir, entre un 10% y un 15%. Entonces la incertidumbre no solo es a nivel local, sino que también global y está complicando mucho a la agricultura, sobre todo a lo que se refiere a la inversión y la generación de nuevos proyectos”.

Para el especialista, hay varios temas internos que están afectando al agro en Chile y que tienen relación con la incertidumbre por la nueva constitución y por el factor agua principalmente debido a la sequía que está presente hace años en el país. Sin embargo, las alzas que han sufrido los alimentos en Chile y el mundo han estado influidas, además, por la guerra entre Rusia y Ucrania que ha elevado los costos de los aceites, ya que ambos países concentran el 50% de la producción de aceites a nivel mundial y cerca del 30% de las exportaciones de trigo.

A nivel Latinoamericano, Chile y Perú son los principales productores de frutales y casi no tienen producciones de carácter más expansivo o de commodities como el maíz, raps, entre otros, por lo tanto no se han visto tan afectados como, por ejemplo, Argentina o Brasil que sí los tienen. “No estamos enfocados en la agricultura de subsistencia y en este sentido Chile y Perú se concentran en productos Premium, más suntuarios y diferenciados que van a mercados de mayores ingresos, por así decirlo”, comenta Subercaseaux.

«En esta industria no basta con diversificar los mercados en las épocas de crisis, sino que también podemos trabajar con proveedores para el agro más cercanos y confiables en términos logísticos como Perú o Brasil”, Camilo Navarro, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y socio director de la consultora ProAmérica.

 

OPORTUNIDADES EN UN ESCENARIO HOSTIL

A nivel latinoamericano, los expertos coinciden en que la oportunidad en esta crisis inflacionaria para los países está en consolidarse en la posición en la que están en los mercados. “Toda la fruticultura que se ha generado en Chile y Perú está enfocada en la exportación, por lo que no tiene sentido cambiar la estrategia”, explica Subercaseaux, y agrega que en el caso de Chile la inflación durará por algunos años más. Cada vez que hay una crisis económica la subsistencia se transforma en la prioridad, por lo que tendencias como la sostenibilidad, cambio climático, entre otros, pasan a un segundo plano en la industria. Sin embargo, el comportamiento de los consumidores ya cambió y estas tendencias pueden seguir siendo una fortaleza en un ambiente económico complejo. “Aquella fruta cuyo valor es alto, puede verse afectada ya que en época de crisis tiende a ser reemplazada por otra que tenga un menor valor”, comenta Subercaseaux.

Por otra parte, tras la pandemia y previo a la guerra, la crisis mundial que se advertía tenía relación con el cambio climático, por lo que la industria debe adecuarse y transitar de una economía lineal a una circular e incorporar, dentro de las empresas, el concepto de sostenibilidad y mirada a largo plazo, argumenta Camilo Navarro, economista, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y socio director de la consultora ProAmérica. “Es decir, el concepto de sostenibilidad se asocia no solo al tema medio ambiental, sino que también al social y económico, y así lo han entendido algunas empresas no solo en el mundo, sino que también en Chile y Perú. Hoy ese es el punto de partida en todos los principales mercados a los que como industria apuntamos. De ahí la importancia de las certificaciones que los países puedan hacer para validar esta mirada. Esto debe ser parte de la esencia del negocio”, explica y agrega “lo mismo pasa con la huella hídrica, la de carbono, el tema de la paridad de género, y la industria debe ir adecuándose y repensarse”.

Para el experto una forma de enfrentar el tema inflacionario actual y tomando en cuenta el alza en las materias primas y servicios para el agro, es mirar a los países vecinos que sí pueden aportar de manera más integrada como proveedores. “En esta industria no basta con diversificar los mercados en las épocas de crisis, sino que también podemos trabajar con proveedores para el agro más cercanos y confiables en términos logísticos como Perú o Brasil”, comenta.

“Este es un tema de oferta y demanda, el petróleo va a bajar de precio y lo mismo los commodities como el trigo y el maíz. Cuando Ucrania y Rusia vuelvan a entrar al mercado y a ser productivos, esos precios van a caer. En Chile la inflación es más bien importada debido a la energía y los alimentos commodities. En EE.UU. o Reino Unido su origen es distinto, se está apretando el tema laboral, hay un tema de oferta y precio de mercado. Sin embargo, todo apunta a volver a números normales, 2% en el caso de EE.UU. y 3% en Chile para finales del próximo año. Esto no quiere decir que durante estos meses no se produzca un proceso de decrecimiento”, agrega.

Finalmente, Navarro plantea que pese a la situación económica para la industria agroexportadora en Latinoamérica, en general es una oportunidad de volver a ser productivos y repensar cómo enfrentar el negocio y manejar de una manera distinta las crisis, para que estas no nos vuelvan a afectar de la misma manera. “Mañana podemos volver a tener una guerra, otra pandemia y hay que estar preparados. Hay un mercado asegurador que mitiga ciertos riesgos, hay otros a los que hay que adaptarse, como por ejemplo el cambio climático. Es cosa de revisar el Water Economic Forum en donde se analizaron las principales amenazas para este año y de las 10 principales que se plantean, 4 o 5 tienen que ver con el tema medio ambiental. Entonces es importante analizar mis tipos de cultivo y sus zonas, ya que junto con una adaptación climática hay un tema de adaptación a lo que me exigen los mercados y sus consumidores”, concluye.

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