Un escenario en el que urgen acciones regionales
Cambio climático y agricultura

Un escenario en el que urgen acciones regionales


Por Claudia Fuentes Bozzolo

La primera semana de octubre de 2021 se esperaban dos grandes anuncios relacionados con el medio ambiente. Uno de los que generaba más expectación era el premio Nobel de la Paz, donde estaba nominada, junto a otros 328 candidatos, la activista medioambiental sueca de 18 años, Greta Thunberg, quien, finalmente, fue desplazada por los periodistas María Ressa y Dmitry Muratov, por sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión.

El segundo galardón era el Nobel de Física, el cual sí llenó de alegría a la comunidad medioambientalista, pues fue otorgado de manera compartida a los científicos Syukuro Manabe, Klaus Hasselmann y Giorgio Parisi, cuyos hallazgos están relacionados y aportan para comprender el clima y predecir el cambio climático. Un hito para nada fuera de contexto, ad-portas de la COP26 de Glasgow, Escocia, instancia que -para muchos- será la última oportunidad para frenar el calentamiento global, el mayor desafío que ha debido enfrentar la humanidad.

 

CAUSA NATURAL O ANTROPOCÉNTRICA

Desde incendios forestales en Turquía hasta inundaciones en Europa y China, olas de calor en América del Norte y sequías devastadoras en Madagascar, así como la híper sequía que ya podría convertirse en la situación normal de la zona central de Chile, son algunos de los fenómenos meteorológicos cuya frecuencia e intensidad, han hecho que parte de la ciencia los vinculen directamente con el cambio climático.

Guillermo Donoso Ph.D. Agricultural and Resource Economics de la Universidad de Maryland e ingeniero agrónomo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con variadas publicaciones en el tema y profesor titular de la misma casa de estudios, explica que “el cambio climático es un efecto que se está evidenciando a nivel global, en la cual el signo más consistente es un aumento en las temperaturas, lo cual genera cambios en los flujos atmosféricos y, por lo tanto, cambios en el patrón de pluviometría en distintas zonas del mundo”.

El académico, advierte que hay dos hipótesis respecto de las causas de este impacto. “Una es la de un grupo de científicos que postula que esto es un ciclo natural de largo plazo; la otra, que es la postura que tiene mayor respaldo científico y una importante investigación y evidencia recopilada, es que las causas son antropocéntricas (debido al hombre), centradas en lo que llamamos gases de efecto invernadero”. Esta emisión opera como un invernadero artificial, en el que la radiación solar pasa, pero la acumulación de estos gases no permite que se refracte, manteniéndose una parte importante de ésta en la atmósfera, generando un mayor calentamiento.

El ingeniero civil industrial de la Universidad de Chile, Douglas Pollock, que desde 2013 se ha dedicado al estudio e investigación de la ciencia y la economía sobre cambio climático, corresponde al primer grupo especificado por Donoso. “Hay una confusión entre cambio climático, y medio ambiente o contaminación”, explica Pollock, quien, además, teoriza sobre un relato exagerado sobre un cambio que es constante y natural en la historia del planeta, el cual tendría un trasfondo político e ideológico. La significancia de esta última hipótesis, según Guillermo Donoso, tiene que ver con lo económico, “porque si es un ciclo natural, no se tendría por qué hacer ajustes, como, por ejemplo, reducir emisiones y, segundo, la implicancia es que, si es natural, no hay mucho por hacer, salvo enfrentar los cambios”.

Solo en la última década, el total de hectáreas cultivadas en Chile cayó de 719 mil a 696 mil. Las sequías y los cambios en los regímenes de lluvia amenazan la producción.

Lo cierto es que, recientemente, el Panel de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU responsabilizó a la humanidad por el calentamiento global; y según el organismo, ya no hay discusión que valga; el planeta aumentará en 1.5ºC su temperatura promedio.

Felipe Martin, gerente general de MAS Recursos Naturales S.A, empresa gestora de proyectos hídricos multipropósito a nivel nacional e internacional, explica que “Dentro de los factores más relevantes que están impactando están las temperaturas mínimas y máximas, la humedad relativa, la isoterma, el punto de congelamiento del agua que cada vez es más alto, y, por lo tanto, tenemos nieve mucho más arriba y en menor cantidad, teniendo problemas en Chile, por ejemplo, con el embalse natural, que es la Cordillera de Los Andes. Esto nos lleva a un mayor consumo de agua en períodos en que no teníamos un consumo alto, y a otros riesgos, tanto para la biodiversidad como para el estado de animales, plantas y del ser humano”.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en ingles), advierte que el calentamiento global ya alcanza los 1,1°C. “Con el mundo al borde de un daño irreversible, cada fracción de grado de calentamiento es importante para limitar los peligros del cambio climático, advierte El Dr. Stephen Cornelius, asesor jefe de Cambio Climático y líder de IPCC para WWF.

 

IMPACTO Y MITIGACIÓN

¿Las olas de calor, como la ocurrida en 2020, son hechos aislados? Una investigación de la revista Scientific Report, señala que no son eventos puntuales o casuales, sino que son un impacto directo del cambio climático. A nivel nacional, para Guillermo Donoso las señales consisten en “alzas de temperaturas en todo el territorio y pluviometría mixta en los extremos. Esto se traduce en menor correntía, menor cantidad de agua superficial en el corto plazo, y consecuencias sobre las aguas subterráneas y la sustentabilidad de ellas”.

En la agricultura, los avances en genética han producido cultivos de mayor adaptación a la crisis climática, no obstante, el aumento de temperaturas ha llevado a que la biodiversidad se ponga en riesgo, explica Felipe Martin. Asimismo, advierte que el sector “se verá tremendamente afectado por el aumento de las temperaturas, lo que llevará a que ciertos cultivos se deshidraten más rápido, y la disminución de horas de frío generará zonas que no podrán producir cultivos que actualmente producen, lo mismo con las heladas extremas”. Sin embargo, el experto de MAS Recursos Naturales adelanta que también se verán algunos beneficios en ciertas regiones, como, por ejemplo, “de la novena al sur, donde se van a empezar a producir cultivos altamente rentables. Por esto, hay que irse adaptando”, advierte.

Y es que hay opciones para la adaptación al cambio climático con actividades de mitigación rigurosas, a través de las cuales se puede conseguir que los impactos permanezcan en un nivel controlable, creando un futuro más claro y sostenible. Los eventos extremos, como por ejemplo la sequía, serán más recurrentes, entonces se requiere de acciones planificadas para prepararnos, desarrollando una visión de gestión del riesgo de esos eventos extremos. Así lo dió a conocer Fiona Clouder, embajadora regional de la COP26 para América Latina y el Caribe en su visita a Chile, donde expresó la necesidad de enfocarse en la adaptación y resiliencia “para ayudar a los países más pobres a adaptarse lo más rápido posible a los cambios”.

Para Felipe Martin, “las principales acciones respecto a la agricultura son hacer inversiones en infraestructura de riego y aumentar la eficiencia en el uso del agua, ya que, en teoría, la agricultura consume sobre el 70% del de agua a nivel nacional, y de ese 70%, hay una eficiencia en el uso de un 50%, aproximadamente.”

El profesor Donoso, por su parte, cree también que “hay elementos en la cadena de valor que hay que empezar a mirar (…) Los embalajes en cadena de frío, implementar innovaciones en post cosecha, alargar la vida en estantes de los productos, y otras mejoras tecnológicas”.

“El análisis más reciente muestra que, si actuamos ahora, podemos reducir las emisiones de carbono en 12 años y limitar el calentamiento global a 1,5°. Pero si no cambiamos de rumbo, las consecuencias son imprevisibles”.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU.

 

ESFUERZOS EN EL AGRO REGIONAL

La agricultura se ha convertido en uno de los sectores económicos de mayor impacto ambiental a nivel mundial. Pero, a su vez, ésta también se ve afectada por los efectos del cambio climático. ¿Es victima o victimaria? Para Guillermo Donoso de la UC, “la agricultura tiene un rol en las emisiones de gases de efecto invernadero, sin embargo, su participación en el global de emisiones es menor”. Además, explica que la industria tiene un papel importante en la gestión planificada de la neutralidad de carbono; “En resumen, diría que más que causante, la agricultura es más bien un sector altamente vulnerable a las proyecciones que va a generar el cambio climático”, agrega Donoso.

 

LA MIRADA HACIA LA SUSTENTABILIDAD

Carlos Furche, ex ministro de Agricultura en el gobierno de Michelle Bachelet afirmaba en una entrevista a un medio nacional que “tenemos condiciones, pero hay que cambiar la mirada, y me parece que el eje fundamental es la sustentabilidad”.

La empresa Hortifrut, dedicada a la producción, exportación y comercialización de berries en Chile y el mundo, se sumó a esta percepción. “El rol de la industria agrícola es extremadamente importante al avanzar en los compromisos de reducción de emisiones de gases efecto invernadero, comenzando por medir la huella de carbono (alcance 1, 2 y 3) y, con esto, tener una línea base clara para poder generar un plan de reducción y desarrollar iniciativas a corto, mediano y largo plazo. Con esto, se genera un círculo virtuoso en beneficio de la industria”, explica Pía Walker, subgerente de Sostenibilidad Corporativo de Hortifrut. En ese sentido, la ejecutiva cuenta que la compañía se ha adentrado en soluciones de paneles fotovoltaicos en diferentes campos y packing, desarrollo de envases con materia prima 100% reciclada y, a su vez, 100% reciclables; la implementación de laboratorios microbiológicos para evitar plagas y así disminuir la posible aplicación de agroquímicos, generando un manejo orgánico de los cultivos, entre otras tecnologías de la agricultura inteligente.

Otro frente muy importante es la educación y concientización de los diferentes stakeholders del sector (colaboradores, comunidades, proveedores), según lo plantea Daniel Bustamante, presidente de Proarándanos, asociación de productores y exportadores de arándanos de Perú. “Desde un punto de vista tecnológico, definitivamente la apuesta por adoptar tecnologías limpias y envases ecológicamente amigables son fundamentales para luchar contra el cambio climático, y se vienen implementando a lo largo de la industria que, al ser relativamente joven, ha sido construida desde una base eco-amigable, lo cual ha contribuido en implementar tecnologías y prácticas limpias desde su inicio”. Por ejemplo, las buenas prácticas para reducir huellas hídricas, para el aprovisionamiento sostenible de materias primas a través de proveedores eco-amigables, para la implementación de tecnologías limpias (green technologies) y de sistemas de reciclaje a lo largo de las cadenas productivas, entre otros. Adicionalmente, Proarándanos se ha unido a otros productores de berries en el mundo para reducir el impacto medioambiental de los envases a través del uso de etiquetas que optimizarán el proceso de reciclaje de los clamshells (100% recycle-ready packaging). Hacia el 2025, la meta es que el 100% de los envases que se utilicen en la industria peruana de arándanos sean recycle-ready.

Para Miguel Ángel Curiel Mendoza, vicepresidente y director general Driscoll’s México, empresa líder en el mercado de berries en el país azteca, “son muchos los retos que se presentan en el campo y, si bien la agricultura ofrece un gran número de soluciones, cada comunidad y tipo de cultivo es diferente: diferentes paisajes, suelos, tecnología disponible y rendimientos potenciales, esto se traduce en un sinnúmero de retos con los que nos enfrentamos como industria, a los cuales debemos de hacer frente como una comunidad con intereses compartidos”. Para ello, Driscoll’s México ha desarrollado diferentes programas y emprendido acciones que ayuden a este propósito. Como, por ejemplo, el desafío de innovación en plásticos agrícolas, cuyo objetivo es estimular nuevos procesos de reciclaje y el desarrollo de alternativas para los plásticos de campo que se utilizan habitualmente.

 

INVERSIÓN Y CAMBIO DE PARADIGMA

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, plantea que se encuentra “preocupado, porque las naciones más ricas han invertido muchos millones de dólares más en la producción de combustibles fósiles que en fuentes de energía limpia desde el comienzo de la pandemia, a pesar de haber prometido una recuperación más verde”. Y es que el tema de la inversión no es menor. Para la diplomática británica Fiona Clouder, “el problema, es que los países dudan si tendrán los medios para hacer las reformas que necesitan y paliar los efectos del calentamiento global”.

¿Cómo pagar la factura, entonces? Además de conseguir más adhesión a los esfuerzos globales, de momento no hay tanto dinero en el sistema como debería, más aún con la pandemia, pues las autoridades están comprensiblemente enfocadas en la crisis sanitaria.

Tal como lo explica el ejecutivo de Proarándanos, “vemos una masificación de las buenas prácticas ambientales en más sectores agrícolas del país. El enfoque de los mercados estará puesto en el compliance de políticas ESG, donde en el capítulo ambiental estará concentrado en reciclaje, huella hídrica y huella de carbono”.

En ese sentido, la mirada de las nuevas generaciones es fundamental en este cambio de paradigma, pero también lo es la responsabilidad individual. “El cambio vendrá de las calles, de nosotros, no de las conferencias (…) La esperanza somos nosotros, la esperanza es cuando la gente se une para un objetivo común”, dijo Gretha Thunberg en una de sus últimas manifestaciones. En lo que concuerda Guillermo Donoso. “Las nuevas generaciones están más expuestas, debido a la tecnología, a recibir indicaciones, noticias, información, respecto a lo que está ocurriendo, por lo que tienen más presente los riesgos y los desafíos que estamos enfrentando. Sin embargo, falta una mayor transferencia en lo que se puede hacer, y cuál es la responsabilidad individual en estos problemas. Hay mucho debate, pero poco cambio en el comportamiento individual”, advierte.

He ahí la importancia de los acuerdos internacionales, pues nadie cuenta con las herramientas para forzar a un país – o a una industria- a un comportamiento u otro. Se requiere del fortalecimiento de capacidades, tanto de personas como de instituciones, a fin de que exista una mayor comprensión del tema. Asimismo, es fundamental contar con la participación activa de la ciudadanía y todas las industrias en el desarrollo de las acciones, siendo imprescindible la educación y la sensibilización.

Deja una respuesta