El sueño de la Pink Globe
Uva de mesa:

El sueño de la Pink Globe


Por Macarena Barriga Guerrero | Ilustraciones: Italo Ahumada Morasky

El sol brilla, pero el viento avisa que pronto comenzará el otoño en el hemisferio sur. Corría el mes de marzo de 2005 y Alfredo Chimenti Agri trabajaba a pleno sol bajo los parrones de uva de mesa Red Globe en su campo ubicado en Talagante, Región Metropolitana, Chile.

Nunca pensó ni imagino que ese mes, su vida y la de su familia cambiarían para siempre. Sin embargo, la historia de Chimenti fue impulsada por la perseverancia de su familia, que llegó para cambiar su suerte en un nuevo país.

Como muchos italianos de la época, la familia llega a Santiago en al año 1902 y se instalan con un almacén en la calle Club Hípico. Francisco Chimenti Pierucci, padre de Alfredo, crea un negocio de camiones y venta de granos para caballos. Su abuelo, Pedro Agri, en tanto, había comprado una parcela en la comuna de Padre Hurtado, en la que desde que Alfredo tenía cuatros años fue el lugar de encuentro junto a sus primos.

A los 16 años termina el colegio y comienza a trabajar en el campo. Un agrónomo cercano a la familia le enseñó todo lo que debía saber del mundo del agro. Por más de 15 años trabajó junto a él y empezó a conocer el negocio. “Empecé a administrar seis parcelas, lo que me permitía tener un gran bagaje técnico, ya que cada parcela contaba con una empresa exportadora con agrónomos, por lo tanto, tenía una gran transferencia de tecnología”, recuerda Chimenti.

Si bien no recibió educación universitaria en el tema agrícola su amor al agro, y en especial por lo frutícola, fortaleció sus conocimientos y expertiz, incluso le permitió ser fundador y consejero hasta el día de hoy en Fedefruta, y crear, junto a otros fruticultores, la exportadora chilena Agrifruta en 2003, con la que exportó diversas frutas a Europa, Asia y Estados Unidos.

 

LOS INICIOS

Ese marzo de 2005 lo cambiaría todo. Entre los más de 200 mil racimos existentes, encontró uno que llamó su atención en la parra número 46 de la hilera 3. Era un racimo de color rosado uniforme, brillante. Sin cortarlo de la parra, le colocó un gorro de papel para protegerlo y diferenciarlo del resto, rotulándolo con la advertencia de “No tocar”.

Pasaron tres meses y durante los primeros días de junio de 2005, tras unas fuertes heladas que se sintieron en la zona, decidió cortarlo para hacer una cata junto a su familia, quienes la percibieron de un sabor amoscatelado, muy dulce y Crunch.

“Fue una yema la que mutó en ese sarmiento y produjo la quimera. O sea, la parra tenía 27 racimos de color violeta oscuro y solo uno rosado”, relata Alfredo.

En la siguiente temporada, al dejar un pitón en ese sarmiento, volvió a producir un brote de que salió un racimo rosado y que dio origen a la planta madre. En ese momento Alfredo se convenció de que la variedad podía llegar a ser algo importante.

Esta mutación genética natural dio vida a una nueva variedad de uva de mesa: La Pink Globe. El descubrimiento acaparó la atención de la prensa local que describía a la variedad por esos años como “un nuevo tesoro para la agricultura chilena”, ya que gracias a su color rosado se esperaba tuviera una alta demanda, especialmente, en el mercado asiático. La variedad por sus particulares características se presentaba como una uva premium para los mercados. Incluso se proyectaba que lograría ocupar un alto porcentaje del mercado mundial, ya que prometía un potencial económico con un costo atractivo y una producción promedio de 3.500 cajas por hectárea.

Entre los más de 200 mil racimos existentes, encontró uno que llamó su atención en la parra número 46 de la hilera 3. Era un racimo de color rosado uniforme, brillante. Esta mutación genética natural dio vida a una nueva variedad de uva de mesa en Chile: La Pink Globe.

La perseverancia y visión de Alfredo Chimenti Agri fueron sus principales herramientas para un camino que muchas veces presentó obstáculos. Uno de ellos fue el proceso de inscripción de la variedad en el SAG.

Tras una serie de requerimientos para poder validar esta nueva variedad ante la entidad, Chimenti decidió recurrir a la experiencia de Carolina Uquillas, quien estaba a cargo del Programa de Mejoramiento Genético para el desarrollo de nuevas variedades de uva de mesa en función del mercado nacional e internacional del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA). De forma independiente, Uquillas comenzó a asesorar a la familia Chimenti. La actual Commercial Manager Chile en Fall Creek Farm & Nursery recuerda que “tuvimos que demostrar que era única y estable, por lo tanto, debimos presentar el formulario que la valida como nueva variedad, describiendo características de la planta como, por ejemplo, su hoja”.

Tras cuatro años de arduo trabajo y con un equipo multidisciplinario, los esfuerzos dieron resultados. El 21 marzo de 2011 la nueva variedad se inscribió de manera provisional en el registro de variedades protegidas por el SAG, y el 27 de noviembre de 2013 quedó inscrita de forma definitiva como Pink Globe.

“Al principio el SAG tenía dudas respecto a que algún virus haya sido el causante del color rosado, pero después de dos años logramos demostrar que había sido una mutación”, recuerda Chimenti.

Fue así como su perseverancia y ganas lo llevaron a ganarse un proyecto con la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura de Chile. El proyecto le permitió validar, entre otros temas, el registro internacional, la identificación genética, el modelo de negocios para su comercialización y la limpieza de virus. A lo anterior se sumó estudios avanzados realizados por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) con quienes pudieron identificar de forma clara y concluyente la estructura molecular única que posee la variedad.

Patricio Arce, integrante del Departamento de Genética Molecular y Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la PUC, trabajó en 2016 codo a codo junto a Alfredo Chimenti y su hijo Alfredo Chimenti Silva para identificar el ADN de la Pink Globe, y recuerda que “llegamos a identificar la mutación a través de técnicas moleculares. La mutación tuvo cambios que ocurrieron de forma natural, los cuales permitieron acumular pigmentos de un color más rojo y menos pigmentos oscuros, por lo tanto, eso hizo que le diera la coloración característica que esa variedad tiene”.

El profesional agrega que este tipo de eventos ocurren en la naturaleza. Sin embargo, plantea que el señor Chimenti tuvo la visión de encontrar esta variedad en su campo y en vez de cortarla o eliminarla, la aisló y cuidó. “Fue una forma acertada de generación de variedades. De hecho, un estudiante hizo el doctorado en esta variedad, porque implicó un trabajo de años”, recuerda.

 

LA DEBILIDAD

Algunas de las principales características que hacían de la Pink Globe una variedad prometedora en aquellos años, llamando la atención de diversos productores, fueron su gran calibre y pulpa blanca, su color rosado distinto al violeta propio de la variedad Red Globe (variedad madre).

Alfredo Chimenti Silva comenta que “la acidez y azúcar presentes en la Pink Goble permitían que la variedad fuese una extraordinaria viajera y tuviese una gran vida post cosecha, llegando sin problemas de calidad y condición a los mercados más lejanos, como China”.

Otra de las características que hacían atractiva a la variedad era que posee una piel más suave y presenta en promedio 3 a 4 grados brix más de azúcar, cosechándose cuando alcanza prácticamente los 20 grados. Sin embargo, una sus principales debilidades es que tiene semilla, lo que le impidió ser una variedad competitiva ante el exigente mercado de la uva de mesa.

La investigadora de viticultura del INIA, Cecilia Peppi, recuerda que “la Pink Globe en su minuto fue muy requerida, ya que tenía características especiales respecto a la Red Globe. Sin embargo, el que tuviese semillas las dejó rápidamente fuera, ya que ningún mercado, incluso el asiático, está interesado en este tipo de uva”.

Durante los primeros años, esta característica desfavorable no impidió a los Chimenti cumplir el sueño de exportar esta variedad a los principales mercados del mundo. En 2007 realizaron las primeras exportaciones con 20 mil cajas a China y comenzaron, en los años siguientes, los envíos a Europa, Italia, Holanda, y Argentina.

Chimenti Agri también logró abastecer al mercado local con volúmenes importantes de Pink Globe en varios meses del año. Sin embargo, al pasar del tiempo, el auge de esta variedad comenzó a bajar. Más variedades de uvas de mesa empezaron a llegar y surgir en Chile, lo que provocó que la competencia aumentara y las seedless se ubicarán como las líderes de los mercados.

El experto internacional en uva de mesa, Óscar Salgado, recuerda que a través de una consultora querían evaluar la variedad antes de lanzarla al mercado, pero nunca se concretó el acuerdo con la familia Chimenti. Sobre las debilidades de la variedad, explica que “en el caso de la Red Globe, si el injerto es una variedad blanca, por ejemplo, la Thompson, eso da un color rojo más pálido que es aceptado por los chinos. La Pink Globe mostraba esa característica que la hacía muy atractiva”. Sin embargo, plantea que le faltó una evaluación más controlada de las características antes de comenzar su comercialización. “Se hicieron plantaciones comerciales en Perú en zonas muy tempranas donde la Red Globe tiene problemas para tomar color. Si tienes una variedad que se da mucho más pálida y la pones en zonas muy calurosas, en donde el color puede ser un problema, el resultado puede ser un desastre. Es por esa razón que se mal evaluó la variedad”, comenta.

Salgado plantea además que “la variedad es atractiva para un nicho de mercado importante. No la descartaría y sentenciaría a muerte. Pero hay que seleccionar con mucho cuidado el lugar de producción. Creo que faltó investigación, desarrollo, disciplina, ingeniería en el diseño de donde se iba a plantar la variedad. Es importante entender que la variedad que se elija comercializar debe ser demandada por tu cliente y comprada por tu consumidor”.

“La Pink Globe en su minuto fue súper popular, ya que tenía características especiales respecto a la Red Globe. Sin embargo, el que tuviese semillas las dejó rápidamente fuera, ya que ningún mercado, incluso el asiático, está interesado en este tipo de uva”.

Cecilia Peppi, investigadora de viticultura del INIA.

 

“HICIMOS TODO LO QUE TENÍAMOS QUE HACER”

La experiencia dejó grandes lecciones y aprendizajes para los Chimenti. Alfredo Chimenti Silva comenta que la variedad tuvo un boom importante entre los años 2015 y 2017, sin embargo, reconoce que les faltó analizar con más detalles el plan de negocios que utilizaron, ya que no fueron conscientes de los gastos que implicaba desarrollar una nueva variedad. “Más que falta de presupuesto, dentro del flujo de costos, no incorporamos los presupuestos que corresponderían a los honorarios de abogados y los costos de las patentes. Quisimos abarca mucho en muy poco tiempo y eso de cierta manera nos pasó la cuenta”, afirma.

Si bien la Pink Globe contó con el apoyo de muchas instituciones para su desarrollo, la inexperiencia es la palabra que se repite de manera constante entre quienes fueron parte del proceso y hoy recuerdan esta historia. Jorge Valenzuela, actual presidente de Fedefruta, participó durante los primeros años cuando la variedad comenzó su propagación, por lo tanto, conoce la historia en detalle y confiesa que “fue la inexperiencia en el desarrollo de variedades y manejos productivos lo que nos pasó la cuenta. No dimos en el clavo”.

Alfredo Chimenti Silva sostiene que “fue un proceso bastante largo, que generó mucha ansiedad por salir rápido al mercado, lo que nos llevó a cometer errores, entre los que están el haber entregado la variedad a terceros de manera muy rápida, sin antes haber validado un manejo técnico por al menos 2-3 temporadas, a pesar de que en nuestros parrones se comportaba bastante bien”.

A sus 80 años, Alfredo Chimenti Agri ha dedicado toda una vida a la actividad agrícola, y esta variedad en particular llamó su atención, fue su descubrimiento, el que se presentó como una novedosa oportunidad para la industria en los años 2000, pero que con el pasar del tiempo se quedó rezagada a un mercado de nicho. “Cumplo más de 65 años trabajando debajo de los parrones. Tengo fe de que está todo escrito. El que estuviera trabajando en esa hilera, en esa parra ese día, creo que hay una mano por ahí, no sé si celestial o no, pero sirvió para que Chile pudiese instalar una variedad de uva de exportación en el mercado mundial”, comenta con emoción.

“Me hubiera gustado tener respaldos para haber realizado ensayos propios y con ello haber obtenido más experiencia. No soy viverista ni genético. Quisimos la Pink Globe para nosotros, por lo tanto, no nos alineamos con otras empresas y quizás habérsela entregado a una compañía a lo mejor hubiese sido una opción”.

Alfredo Chimenti Agri.

Pese a todas las dificultades, los Chimenti siguen apostado por esta variedad. La Pink Globe actualmente posee registro en Perú, Sudáfrica, Namibia y Egipto; tiene patente en Estados Unidos; y la exportación a China se ha fortalecido. “Actualmente enviamos 20 mil cajas al año de Pink Globe”, cuenta con orgullo Alfredo Chimenti. Y no solo eso, en julio de 2021 iniciaron los primeros envíos de 6 contenedores de Pink Globe a Indonesia, el que vislumbran como uno de los nuevos mercados para esta variedad. Respecto al mercado nacional, Chimenti padre comenta “que durante este año hemos abastecido con 6 mil cajas al mercado local. Primero comencé con un clamshell de Pink Globe en un quiosco en la ruta 78 y hoy estamos entregando en Chile desde San Pedro de Atacama hasta Punta Arenas. Ha sido bastante fluida la comercialización de la variedad”.

Si bien concuerda con que les faltó más experiencia y ensayos en la Pink Globe antes de lanzarla al mercado y “estar 100% seguros de lo que iba a pasar. Me hubiera gustado tener respaldos para haber realizado ensayos propios y con ello haber obtenido más experiencia. No soy viverista ni genético. Quisimos la Pink Globe para nosotros, por lo tanto, no nos alineamos con otras empresas y quizás habérsela entregado a una compañía a lo mejor hubiese sido una opción”.

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