“La industria del arándano debe estar alerta”
Cort Brazelton, co-CEO de Fall Creek Farm & Nursery

“La industria del arándano debe estar alerta”


Por Edward Vernon

¿Cuál cree que es la tendencia para los próximos cinco años en el mercado del arándano además del aumento de su consumo?

La calidad es una de las tendencias del mercado que se está dando cada vez con más fuerza, lo mismo que la consistencia de la fruta. Es la misma dirección en la que han ido las uvas, las manzanas y los cítricos. Las expectativas del consumidor en todos los productos frescos han aumentado porque también ha aumentado la disponibilidad de un producto que se mantiene en el tiempo.

Una tendencia clave que está presente en el retail es que los supermercados buscan cada vez más proveedores que puedan ofrecerles la mayor consistencia en el suministro.

En cuanto a la oferta, ¿espera que se produzca el mismo tipo de consolidación que está ocurriendo como con muchos otros commodities?

Jugadores importantes están ganando cada vez más terreno en el cultivo y en el marketing, pero han aparecido muchos participantes nuevos y la oferta sigue estando un poco fragmentada en la industria. Quizás no veremos un aumento sustancial en la cantidad de comercializadores importantes durante los próximos cinco años, pero tampoco debería haber una disminución.

Quienes lideran el juego continuarán creciendo y haciendo jugadas importantes, pero tendrán dificultades para aumentar sustancialmente su participación en la medida que los otros jugadores existentes y los nuevos participantes también crezcan. Esa consolidación inevitable, que ocurre en cualquier industria, siempre está en el horizonte, pero aún no hemos llegado a ese punto.

¿Qué otras tendencias globales podrían afectar a la industria durante los próximos cinco años?

Deberíamos observar avances en la forma en que se cultivan los arándanos, influenciada por la tecnología y la genética, lo que mejorará enormemente el tiempo para obtener un rendimiento competitivo y una tasa de retorno de la inversión. También deberíamos observar una mayor disponibilidad de capital institucional y capital de inversión, no solo para los arándanos, sino que también para la horticultura en general, por lo que para las empresas que saben cómo acceder, el capital no debería ser un problema.

Todas estas situaciones aceleran los cambios y crean mucha presión y tensión. Hay mucha gente que ha invertido en un modelo que podría no alinearse con la demanda y la competitividad futura.

 


“Deberíamos observar avances en la forma en que se cultivan los arándanos, influenciada por la tecnología y la genética”.


 

¿Cree que alguna vez veremos variedades de arándanos comercializados al consumidor final, como es el caso de la uva «Cotton Candy»?

Tenemos mucho que aprender de la experiencia de otros productos que están más adelantados que nosotros. Pero la realidad es que los arándanos son todos azules, por lo que la diferenciación tiende a ocurrir en función del tamaño y la experiencia de consumo.

Lo que al parecer está sucediendo es que existe un posicionamiento de marca y hay una promesa alrededor de ella que ofrece un cierto nivel de consistencia y características. Pero debe tener la genética correcta, los sistemas de cultivo y la cadena de suministro adecuados para lograr esa consistencia.

Durante la próxima década se desarrollará una categoría en arándanos, una marca premium. Comenzaremos a ver los primeros indicios en los próximos cinco años. Sin embargo, yo diría que la creación de esa categoría no necesariamente significará un aumento sustancial del precio por unidad, pero si una venta más rápida.

Muchos países están aumentando rápidamente su producción de arándanos, pero el crecimiento particularmente en Perú ha sido explosivo. ¿Espera que este crecimiento continúe?

Perú es único en muchos aspectos y es variado en los tipos de cultivos. Ellos entendieron cómo crecer porque es el único lugar del mundo -que conocemos hoy- donde hay grandes extensiones de tierra, agua y, por lo general, suficiente, pero no la ideal, infraestructura. Cuando el capital llega en conjunto con los conocimientos técnicos – especialmente cuando se enfocan en un producto que tiene ventanas con escasez de suministro – esta producción puede escalar a una velocidad nunca antes vista. Es probable que esto se ralentice. El hecho es que, incluso en Perú, existen limitaciones en infraestructura y mano de obra.

Estrictamente desde una perspectiva operativa, es razonable esperar que se desacelere la alta tasa de crecimiento del país en términos de plantaciones. Sin embargo, seguirán creciendo, pero siempre y cuando se complementen con los otros cultivos.

 

 

 

En medio de este enorme crecimiento, Perú ha tenido algunos desafíos en el camino. ¿Cómo ve las perspectivas a largo plazo de la industria del arándano de este país?

Bueno, los arándanos son uno de los tres productos líderes del país en términos de tasa de retorno, estrictamente desde una perspectiva empresarial. Pero ese lenguaje en sí mismo revela un desafío para Perú. Cuando te acercas al mercado, por ejemplo, en Marruecos o incluso en México, hay una mirada muy clara de las complejidades del mercado y de lo qué quiere, y tienen más experiencia al servicio de él.

A la fecha Perú ha escalado en variedades y sistemas que a veces no entregan el mismo sabor, consistencia y experiencia de consumo que los arándanos provenientes de México, Marruecos, California o España. El mayor desafío de Perú es que existe una tendencia a una mayor acidez en la fruta, incluso cuando el brix está correcto.

Sin embargo, cuando se mira la fruta proveniente de Perú en los meses de septiembre, octubre y noviembre, es en promedio mucho mejor en términos de tamaño, firmeza, calidad y experiencia de consumo si la comparamos con muchas de las variedades Northern Highbush que son almacenadas al final de la temporada del hemisferio norte.

Además, en Perú, si una variedad queda obsoleta puede reemplazarse y esa operación de cultivo puede volver a la producción comercial dentro de un año con muy poca interrupción en el volumen y el flujo de caja. Por lo tanto, es muy probable que las cosas que escuchamos sobre el producto peruano hoy en día se puedan resolver rápidamente.

Por otra parte, Perú es único en la producción de productos frescos, ya que puede desarrollar un producto consistente en el tiempo y, al igual que Chile, ha llegado a muchos mercados internacionales. Si bien no le faltan oportunidades de crecimiento, no le será tan fácil en los próximos 10 años como lo fue en los últimos 10.

 

 

Respecto del arándano chileno ¿Qué cree que le depara el futuro a la industria de este país?

La oportunidad de Chile es diferente. Muchas de las industrias consolidadas establecieron sus cadenas de suministro – campos, genética, infraestructura y modelos comerciales – en torno a normas que están cambiando. Si el plan es no cambiar y no adaptarse a las nuevas condiciones, pueden seguir el camino que siguieron los CD’s y cassettes.

Por otro lado, – y esto es algo que muchos no están viendo – las oportunidades de los últimos años han surgido a partir de variedades low-chill y no-chill, muchas tienen ineficiencias incorporadas. La categoría high-chill se quedó en el camino, pero cuando un campo de variedades high-chill está maduro, y cuando tanto el manejo del campo como las variedades son las correctas, no hay nada más magnífico en términos de rendimiento y eficiencia de cosecha. Eso es difícil de superar.

El desafío es que muchos de los campos de high-chill existentes en nuestra industria están en variedades y sistemas de cultivo más antiguos. Pero hay un cambio de paradigma que, en lugares como Chile, se producirá en los próximos 10 años.

Nuevas genéticas están llegando a Chile que darán como resultado no solo rendimientos competitivos y cosecha eficientes y excepcionales, sino que cambiará el juego en cuanto a la calidad de la fruta y el potencial para la cosecha mecanizada asistida, sin dejar de conservar 40, 60, 80 días de vida útil.

A pesar de que Chile tiene escasez de mano de obra – al igual que en Estados Unidos – cambiará la ecuación económica, ya que el costo por unidad está subiendo en lugares como Perú y México, lo que se traspasará a la dinámica de la industria.

El escenario que ha estado presente en los últimos 5 años cambiará completamente en los próximos 10 y el péndulo oscilará, favoreciendo a países como Chile y Estados Unidos.

Entonces, a largo plazo, para 2030, Chile podría no tener un volumen sustancialmente mayor que el que tiene hoy. Pero los que continúen en la industria lo harán con una nueva genética, con sistemas de crecimiento actualizados, infraestructura adecuada y una cartera diversificada de productos de alto valor que pueden enviar durante meses.

Uno de los temas más importantes en la industria de los arándanos este año ha sido el anuncio del International Trade Commission (ITC) que se inició una investigación de salvaguardia global de la Sección 201 sobre las importaciones de arándanos. ¿Cuán preocupados deberían estar los países exportadores de América Latina?

Creo que todos deberían estar alerta, porque si la investigación no aborda las preocupaciones, las quejas y los problemas de viabilidad que tiene el productor estadounidense, esta continuará. Mi país se encuentra en un momento político cargado, lo que no desaparecerá rápidamente.

Creo que es importante recordar que, al igual que hay evoluciones en los commodities, también las hay en los países. Estados Unidos se encuentra en el final del ciclo de un modelo que se construyó tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, y que no está acorde a la realidad actual.

Además, como sugiere el estereotipo, es cierto que los empresarios estadounidenses promedio están menos orientados a los mercados internacionales que los empresarios de países como Chile o Perú.

Estados Unidos está experimentando cambios extremos tanto en lo político como en lo socioeconómico, y cuando llegan a industrias como la del arándano, que ha tenido un éxito único y en donde el modelo de negocio que funcionaba antes no funciona más, la gente empieza a frustrarse, sobre todo cuando el entorno competitivo y la curva de suministro cambian rápidamente.

La gente empieza a buscar las razones y es parte de la naturaleza humana el no ser autocrítico y buscar explicaciones externas. En la industria de los congelados ha habido algunos problemas reales de datos, mala coordinación entre las fuentes de suministro, cuestiones monetarias y fluctuaciones innecesarias de los precios.

En el negocio de los arándanos frescos ha habido una tasa de cambio masiva. Los volúmenes que existían han cambiado drásticamente en los últimos 5 años, impulsados particularmente por México y Perú.

¿Qué podría resultar de la investigación?

La Sección 201 que está en proceso cuenta con el apoyo de muchos productores de toda la industria de EE. UU. Hay mucho dolor y la creencia de que hay pocas alternativas para conseguir alivio en la medida que la industria se adapta al nuevo paradigma. Será un proceso legal intenso, rápido y basado en datos. Se debe probar el grave daño a la industria nacional y la sección 201 no se aplica al dumping o al «comercio desleal». Un 201 requiere pruebas, demostrar que hubo un aumento sustancial en el volumen de importaciones que causó – pero no fue menos importante que cualquier otra causa -, el daño grave o amenaza de daño grave a los productores estadounidenses.

Las herramientas de la ITC para recomendar medidas al poder ejecutivo son las cuotas, los aranceles y las marketing orders. Es muy posible que la ITC – independientemente de quién esté en la próxima administración – podría entregar un fallo en torno a cualquiera de estas tres alternativas.

Las ‘salvaguardas’ de los 201 son temporales, por lo que cualquier resultado que pueda darse no durará mucho tiempo, generalmente solo tres o cuatro años, por lo que no cambiará la dinámica a largo plazo de la industria.

 


“Pase lo que pase tras la investigación tenemos mucho trabajo por hacer”.


 

¿Qué cree que hay que hacer para superar esta situación?

Crecí en esta industria que amo. Una de las cosas especiales de los arándanos, en particular de los últimos 25 años, es que todos hemos trabajado juntos a nivel mundial para lograr un buen futuro. Pero en los últimos 6 o 7 años, no hemos trabajado lo suficiente para lograr una mayor colaboración. Honestamente, hemos sido flojos. La calidad y frecuencia del diálogo entre las diferentes empresas y zonas de producción ha disminuido.

Independientemente de lo que suceda con este 201, necesitamos tener un plan unificado para el futuro de la industria. Si miras el esfuerzo y recursos detrás de la palta, estos son mucho más grandes y han logrado mucho más que los arándanos, en el consumo, el desarrollo de los mercados y en los retornos a los productores. Necesitamos invertir en nuestra industria, especialmente en investigación, promoción y desarrollo de mercado, así como en los datos, la visibilidad y transparencia.

Me entristece que hayamos llegado a este punto. La forma de salir de esto es que todos sigamos hablando entre nosotros. Mi mensaje para los ejecutivos peruanos y chilenos es que pase lo que pase tras la investigación, a largo plazo, tenemos mucho trabajo por hacer y todos tenemos que volver a sentarnos a la mesa a conversar y asistir a las reuniones del consejo de Estados Unidos, porque si no sale nada del 201, el problema seguirá estando ahí.

Ahora bien, si se llega a descubrir algo y hay una interrupción de las importaciones, esto podría afectar indistintamente a Chile, Perú, México o Canadá – podría afectar a todos, no solo algunos – por esta razón debemos juntarnos y trabajar el futuro como industria. Tenemos un gran producto: Es saludable, fácil y divertido de comer. Tenemos la oportunidad de mejorar la calidad y construir una industria de arándanos más grande y saludable. Pero no lo podemos conseguir divididos, debemos hacerlo juntos.

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