“La idea es ser grandes en lo que hacemos”
ENTREVISTA | Yoselyn Malamud - CEO de Virú S.A.

“La idea es ser grandes en lo que hacemos”

Dar bienestar no sólo a 17.000 trabajadores, sino también a las comunidades de sus áreas de influencia es algo que la motiva día a día. Concretar proyectos que hagan crecer a la corporación también la entusiasma. Hace poco, Virú adquirió Superior Foods International, una de las principales proveedoras de productos congelados en Estados Unidos, y en España hizo lo propio con Fridela y Congelats Camós, enfocadas en el mercado de comidas preparadas. Hoy, Virú es el mayor productor de frutas y hortalizas en conservas y congelados del Perú, y probablemente del mundo. La estrategia de la empresa se basa en la diversificación, pero también en la consolidación de un sólido equipo de trabajo. Conozcamos a la mujer al frente de una de las multinacionales más grandes de Sudamérica.


Por Gabriel Gargurevich Pazos

Son las nueve de la mañana de un sábado de verano intenso. Al salir del ascensor en el edificio en San Isidro donde se encuentran las oficinas de Virú, uno se siente en una nave que explora el espacio para encontrar nuevos mundos, cuya única tripulante es una mujer, pelirroja, calmada, firme, que ahora me abre una pesada puerta de vidrio, con algo de desconfianza en la mirada. Más adelante dirá que no le gusta dar entrevistas, menos salir en una portada, pero que es importante que la gente conozca un poco más a la gerente general de una empresa que cuenta con alrededor de 17.000 empleados y 12.000 hectáreas de tierra cultivada, así como 10 centros de producción a lo largo de Sudamérica y Europa. Se trata de una empresa que da bienestar no solo a sus trabajadores, sino también a las comunidades de sus áreas de influencia. Eso es lo que más entusiasma a Yoselyn Malamud: ayudar a mejorar la vida de la gente; y hacer empresa a lo grande, concretar proyectos que hagan crecer a la corporación. “Espero no haberte aburrido”, me dirá una hora más tarde, y yo pensaré que es imposible aburrirse intentando descifrar qué es lo que pasa por la mente y las emociones de una mujer con tantas responsabilidades a cuestas. Son las nueve de la mañana de un sábado de verano intenso, y Yoselyn Malamud, CEO de Virú S.A., ha ido a su oficina no solo para recibir a un periodista, sino también porque parte de los fines de semana se dedica a resolver tareas pendientes. No hay nadie en el piso que la empresa ocupa en Lima. Yoselyn me abre la puerta, y es ella misma quien responderá mis interrogantes, con una voz suave pero determinada, aunque en un momento me dirá que “ya me empiezan a dar un poco de miedo tus preguntas”. Ahí, sentados frente a frente en una mesa de directorio, escuchamos que una puerta se abre.

–Hay alguien, ¿no es cierto? –me pregunta frunciendo el ceño.

–Sí, definitivamente hay alguien, salvo que haya ratones en tu oficina  –respondo.

“Si trabajamos con arándanos no vamos a tener un poquito por acá, otro poquito por allá, sino que vamos a hacer algo importante”

Entonces se para de la silla y se dirige a la entrada que da a los ascensores. Escucho que habla con una mujer, “no sabía que ibas a venir”, le dice. La mujer, en la recepción, responde algo así como “Aquí estoy para lo que me necesite”. Yoselyn regresa a la sala de directorio, cierra la puerta de vidrio, mi grabadora sigue encendida. –Mis padres eran estrictos, pero dentro de lo normal, eran otros tiempos. En todo caso, yo era muy pegada a ellos, había mucho cariño también. Nunca les di problemas; desde chiquita he sido bien responsable y tranquila; siempre fui buena alumna, en el colegio, y luego en la universidad, ocupé los primeros puestos.

Yoselyn trabajaba en una consultora que asesoraba a Virú en temas f inancieros, ella era gerente de proyecto. Más tarde, Virú terminaría contratándola como parte de su equipo financiero, para luego pasar a ser gerenta financiera, directora de operaciones y, finalmente, asumir la gerencia general. En Virú trabaja desde hace veinte años; desde hace doce, se desempeña como CEO.

“Si le preguntas a la gente que trabaja conmigo te van a decir que soy muy exigente, siempre pienso que se puede dar más, que se puede ser mejor”

–Has hecho una carrera brillante –le digo–. Te veo tranquila, hasta un poco tímida, y a veces me pregunto si la gente que es así piensa mucho, y tiene un mundo interior rico, valioso, complejo…

–Socialmente soy bien callada y tímida, pero en Virú, en la empresa, sale a relucir mi carácter. Toda la vida he tenido carácter fuerte; y si alguien llegaba tarde a una reunión, por ejemplo, me molestaba, hasta ahora soy así. Vengo de una familia muy unida, mi padre siempre fue súper trabajador y, junto a mi madre, me han enseñado valores sólidos. Pero, es verdad, a veces me sorprendo yo misma cuando caigo en la cuenta de hasta dónde he llegado. Si le preguntas a la gente que trabaja conmigo te van a decir que soy muy exigente, siempre pienso que se puede dar más, que se puede ser mejor, no sé de dónde saqué esa personalidad, quizá de mis padres, pero así es.

LA INGENIERÍA DE LOS HOMBRES

Malamud es un apellido de Europa del Este, así como su segundo apellido, Kessler, de Rumania y Polonia, respectivamente. Sus abuelos paternos llegaron al Perú antes de la Segunda Guerra Mundial, aunque ya habían probado suerte en distintos países de Centroamérica, buscando oportunidades para una mejor vida, como muchos europeos de la época. Sus abuelos maternos llegaron apenas hubo terminado la guerra, por las mismas razones. Sus padres, Jacobo y Francis, se conocieron en el seno de la comunidad judía en el Perú; ella, junto a sus dos hermanas, estudiaron en el colegio León Pinelo.

Sus padres son peruanos, Yoselyn pertenece a la segunda generación peruana de la familia. Su padre es ingeniero civil, construyó un tiempo, pero luego creó sus propias empresas. Su madre falleció, era bióloga, estudió en la Universidad de San Marcos, nunca ejerció, se casó cuando estaba en la universidad, pero se graduó y obtuvo el título. El esposo de su abuela murió cuando su madre eran una niña de doce años; su abuela crió sola a Francis. Esta historia de coraje ha sido conmovedora e inspiradora para Yoselyn.

–La independencia con la que salió adelante mi abuela y mi madre me marcó. Mi abuelo era doctor, mi bisabuelo filósofo. Mi madre siempre quiso estudiar y se convirtió en bióloga, pero luego se casó y se dedicó al hogar. Yo soy la hermana del medio, mi hermana mayor me lleva dos años y medio, y yo soy casi seis años mayor que mi hermana menor. Mi hermana mayor estudió economía en la Universidad del Pacífico, luego un MBA y trabajó en el Banco de Inversión, pero luego se casó, tuvo su primer hijo, y dejó de trabajar. Mi hermana menor es doctora en neurofisiología. Somos tres profesionales, mis padres no se pueden quejar –dice Yoselyn con una media sonrisa.

Cuando estaba terminando el colegio no sabía qué estudiar, pero sí que lo suyo eran las ciencias más que las letras, le encantaban las matemáticas y la química en el colegio, así que decidió estudiar química en la Universidad Católica.

–Me di cuenta de que no era para mí. En el laboratorio, no podía esperar a que sucedan lo fenómenos químicos, fascinantes, por cierto, pero no tenía la paciencia suficiente. Recuerdo que los profesores de química me pedían que por favor no me cambie de carrera, había poquísima gente estudiando química, pero ya lo había decidido, estudiaría ingeniería industrial, eso hice y me encantó, hasta ahora mis mejores amigos son de ingeniería de la Católica.

Yoselyn dice que estudiar ingeniería industrial la acostumbró a convivir en un entorno mayoritariamente masculino. ¿Un entorno hostil? –Hostil, no… Aprendes a manejar la situación. El hecho de ser mujer puede ser una oportunidad; cuando los hombres están solos dicen palabrotas, incluso se pueden insultar entre ellos, pero cuando hay una mujer presente son más respetuosos… Claro, siempre hay gente que es más caballerosa que otra. Por supuesto que me ha tocado lidiar con clientes, con proveedores, machistas, me ha pasado que ni me miran, por más que yo sea gerente general. Pero eso hay que aprender a manejarlo, no te tiene que afectar.

DETERMINACIÓN Y CAPACIDAD DE DECISIÓN

Hay un dato importante a destacar: en Virú existe un equilibrio de casi un 50% entre mujeres y hombres, tanto en la parte operativa como administrativa. Yoselyn dice que ello no es consecuencia de una política de paridad estricta en la empresa, sino que se ha dado de forma natural. Lo que ella promueve es la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, eso sí. O sea, si en Virú hay dos vacantes, y los postulantes son dos hombres y una mujer, no es que se tenga que elegir a la mujer para cumplir con una cuota de género. Lo que le interesa a Yoselyn, por ejemplo, es que hombres y mujeres reciban el mismo sueldo si ocupan puestos similares.

–La contratación de personal en Virú se hace independientemente del sexo. Una mujer debe ganar lo mismo que un hombre y debe dársele las mismas condiciones para que pueda ascender; y si necesita un espacio porque tiene hijos, pues hay que darle las flexibilidades correspondientes para que pueda seguir desarrollándose. En algunas áreas hay más hombres que mujeres, y en otras hay más mujeres que hombres. Yo no soy feminista, creo que las mujeres y los hombres tenemos diferentes cualidades, no es que uno sea mejor que otro; los hombres y las mujeres no somos iguales, eso es verdad, y hay que decirlo, tenemos características distintas, pero podemos desarrollar las mismas funciones, y eso es lo que yo promuevo: que las mujeres puedan desarrollarse igual que los hombres y que tengan los mismos beneficios…

Las mujeres a veces somos más miedosas, nos intimidamos más, somos más sensibles, nos cuestionamos más, pero no hay que tener miedo; yo siempre les digo a las mujeres que trabajan conmigo que no tengan miedo, tú eres igual de inteligente que un hombre, les digo, si no entiendes, ¡pregunta mil veces! Si no entiendes no es porque tú, como mujer, no tengas la capacidad, es porque la otra persona no sabe expresarse. Yo les digo a las mujeres que no sean tímidas, que muestren sus ideas.

–¿Así es como has llegado tan lejos?

–Yo creo que he crecido porque me cuestiono, porque siempre busco la mejor manera de hacer las cosas, porque trato de buscar más oportunidades, más alternativas, porque soy determinada, porque me gusta tomar decisiones. –¿Porque te gusta el poder?…

–¿Si me gusta el poder?

–El poder es atractivo.

–El poder es atractivo, es verdad, pero no he crecido por eso. Hay dos maneras de apoyar a la gente en el Perú: una es a través de organizaciones de ayuda social, y la otra es generando trabajo para que la gente pueda crecer y desarrollarse. En Virú damos trabajo digno a 17.000 personas, quienes pueden dar educación a sus hijos, por ejemplo. Nosotros gestionamos un programa donde los trabajadores y trabajadoras que no terminaron el colegio puedan hacerlo. Eso es lo que a mí me encanta de ser gerenta general de una empresa como Virú, tener la posibilidad de ayudar a la gente a crecer.

ESTABILIDAD LEGAL URGENTE

Yoselyn dice que es una gerente general muy directa con su equipo de trabajo. Muy directa, abierta, honesta, va al grano y es dura cuando hay que serlo. En todo caso, Virú es su familia, y a veces se acercan a contarle problemas; ha compartido tristezas y alegrías con sus trabajadores, como cuando han promovido a alguien.

–Ya han pasado cuarenta minutos y tú me dijiste que eran cuarenta minutos –me dice de pronto.

–Por favor, dame cinco minutos más. –Tengo una reunión. –Sí que eres directa, me has dado el ejemplo perfecto. Mira su teléfono por un par de segundos, luego levanta el rostro y dice:

–Tienes catorce minutos más.

–Genial, gracias.

–Creo que yo he hablado más de lo que tú has preguntado.

–Esa es la idea.

–Hay otra cosa que me motiva.

–Dime cuál es, por favor.

–Trabajar en un proyecto y luego verlo hecho realidad, ver los resultados, crecer en frescos, además de conservas y congelados, crecer en España…

–En agosto pasado Virú adquirió Superior Foods International, una de las principales proveedoras de productos congelados en Estados Unidos…

–Es una empresa distribuidora, sí. Y en España hemos comprado Fridela y Congelats Camós, enfocadas en el mercado de comidas preparadas. Hoy Virú es el mayor productor de frutas y hortalizas en conservas y congelados del Perú. En conservas y alcachofas creo que somos los más grandes del mundo… Eso también es una gran satisfacción para mí; que en Europa, que en Estados Unidos se hable de Virú, es un súper reconocimiento. Estamos creciendo en la distribución de congelados, en Virú no somos fresqueros por naturaleza, pero el fresco es también una línea de negocio, que se traduce en palta y arándanos. Nuestra estrategia tiene que ver con la diversificación tanto en frescos, congelados y conservas, en la diversificación de las presentaciones, tenemos espárrago blanco, verde, piquillo, alcachofas, mangos, paltas, fresas… La idea es ser grandes en lo que hacemos; si trabajamos con arándanos, por ejemplo, no vamos a tener un poquito por acá, otro poquito por allá, sino que vamos a hacer algo importante, que sea representativo para nuestros clientes. Tenemos campos propios, pero también insertamos en la cadena productiva a agricultores de distintas zonas del Perú, como en Virú (ciudad a la que debe su nombre la empresa, ubicada en la región de La Libertad), pero también en Huaura, en Santa, les compramos alcachofas, pimientos, fresas, los asesoramos, les damos las semillas, los fertilizantes, trabajamos con más de 400 agricultores…

Virú se acaba de posicionar en el primer lugar del ranking Great Place to Work – Perú 2024, en la categoría de grandes empresas con más de 1.000 colaboradores. La firma peruana también fue reconocida con el Premio Especial de Confianza, que destaca el ambiente laboral seguro que la compañía brinda a sus trabajadores en sus unidades agrícolas e industriales, ubicadas en 6 regiones del país, con un nivel de excelencia y estándares de talla mundial.

–Son momentos complicados para la agroindustria en el Perú. ¿También para Virú, o ustedes se mantienen sólidos, sobrellevando con tranquilidad el temporal?

–Obviamente todos los temas políticos, climáticos, internacionales afectan. Nosotros insistimos en diversificar, tener operaciones afuera mitiga el riesgo, ¿no es cierto? Pero siempre van a haber riesgos, como por ejemplo las protestas, las paralizaciones, entonces tenemos que trabajar para convivir con ello, y eso se consigue teniendo las cosas claras y un buen equipo humano. Lo que no puede suceder es que te cambien las reglas; la agricultura es una inversión a largo plazo y se trata de inversiones importantes; se necesita estabilidad legal, marcos jurídicos sólidos para poder seguir invirtiendo. El año pasado no fue un buen año, pero todos conocemos el enorme potencial que tiene Perú para seguir creciendo, tenemos un clima espectacular, por ejemplo.

–Dos últimas preguntas. ¿Sonríes mucho en las reuniones de trabajo?

–Qué preguntas me haces… Soy seria en las reuniones con los clientes, pero a veces sonrío, depende de la reunión, por supuesto. Obviamente no soy la bromista.

–¿Sabes chistes?

–Sé chistes, pero los cuento muy pocas veces. Lo que sí te puedo decir es que en las reuniones con el equipo en Virú a veces nos gastamos bromas, nos tenemos confianza. Pero siempre en buena onda…

Ya son las diez y quince de la mañana –dice, echándole un ojo a su celular.