¿El volumen no importa?
REPORTAJE | Uva de mesa en Perú, Chile y México

¿El volumen no importa?

Todo parece indicar que el periodo de expansión que vivía Perú se va a frenar debido a nuevos desafíos que deberá resolver. Chile, lejos de crecer viene disminuyendo su superficie, en algunos casos incluso reemplazándola por otros cultivos que hoy resultan más rentables, como la cereza. En México, el recambio varietal viene lento y ya se habla de la amenaza de China como país exportador. Los especialistas coinciden en que más importante que seguir creciendo en volumen, es conseguir fruta de calidad y ser eficientes operacionalmente. En el siguiente reportaje, hablan los protagonistas de la industria de estos países latinoamericanos.


Por Gabriel Gargurevich Pazos

A mediados de mayo, entrevisté al presidente de la Asociación de Productores de Uva de Mesa del Perú (Provid) y gerente general de Vanguard Perú, Manuel Yzaga Dibós, y compartí la nota en LinkedIn comentando que para mí la conversación había sido un placer pues pocos empresarios tenían la valentía de decir las cosas como son, en aras de encontrar caminos para la mejora del sector. En el artículo, publicado en PortalFrutícola.com, Yzaga daba cuenta del liderazgo mundial de Perú respecto a la exportación de uva de mesa, de un récord histórico de cajas exportadas, pero también hacía una advertencia: “Este es un récord para el sector vitícola peruano, en efecto, pero es un récord que asusta, que preocupa. Históricamente, Chile exportaba 100 millones de cajas, pero con los años ha ido bajando y bajando; este año exportó 56 millones. Perú, en cambio, en 2002 exportaba 6 millones de cajas y ahora exporta casi 72 millones. Entonces, claro, si hoy sumamos esas casi 72 millones de cajas de Perú más las 56 millones de Chile, estamos frente a un crecimiento enorme de la oferta de la uva, y van a haber heridos”.

El 23 de agosto último, me encontraba en el 1er Congreso Internacional de la Uva de Mesa, organizado por Provid, y pude registrar declaraciones de Yzaga en el discurso inaugural. Ahí ratificó la cifra: Perú había exportado, en la campaña 2022-2023, 71 millones de cajas, de 8.2 kilos cada una, a pesar de los grandes desafíos que habían significado El Niño Costero, el ciclón Yaku, el paro de transportistas, el golpe de Estado perpetrado por el ex presidente Castillo, y el cierre de carreteras por protestas.

“Todo esto significó un fuerte deterioro de la economía de Ica, principal región agroexportadora de uva en el Perú. Hemos conseguido exportar 72 millones de cajas como país pero hay que decir, sin embargo, que no hemos exportado gran calidad… Un gran volumen debe generarnos un gran valor de retorno que se traduzca en divisas, y eso solo se consigue con calidad, a eso debemos apuntar. El hecho de que tengamos grandes volúmenes no puede significar dormirnos en nuestros laureles. Cuando hay más volumen, en un mercado que ya está llegando a su límite, suben los costos y bajan los precios. A buen entendedor, pocas palabras”, dijo.

 

“Un gran volumen debe generarnos un gran valor de retorno que se traduzca en divisas, y eso solo se consigue con calidad”. Manuel Yzaga, presidente Provid, Perú.

Para Carolina Cruz, vicepresidenta de la Comisión de Investigación para el Desarrollo de Uva de Mesa (Uvanova Chile), gerente agrícola en Westfalia Fruit Chile y vicepresidenta de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), “todo lo que pase en Perú impacta en las exportaciones chilenas y lo mismo hacia el final de la temporada mexicana”. Cruz agrega que “lo que tenemos que defender es el negocio de la uva de mesa; el consumo a nivel mundial ha ido aumentando en los últimos años y lo que nosotros tenemos que hacer es velar por tener una oferta sana y consistente durante todo el año. Si a todos los países les va bien, a Chile le va a ir bien. Por lo tanto, más que establecer competencias netas con países como Perú y México, lo que tenemos que hacer es conversar respecto a cómo vamos a ir integrándonos en este negocio global”.

Gerd Burmester plantea que los agroindustriales peruanos no se pueden dormir, por mucho que el país sea el primer exportador de uva fresca del mundo. Durante diez años, Burmester estuvo a la cabeza del área comercial de Ecosac, compañía peruana líder en el negocio de fruta fresca como también en el de conservas, frutos secos y langostinos. En agosto del año pasado se unió a Inversiones Vecs, con base en Perú, como socio y director de la empresa. En el 1er Congreso Internacional de la Uva de Mesa, Burmester ofreció una charla que abrió el bloque Mercados y Marketing. Ahí, dijo lo siguiente: “No se trata de crecer por crecer, sino de aumentar nuestra eficiencia. Esto no es algo nuevo, pero ahora es urgente. Para tener un ejemplo de lo que nos podría pasar, solo basta ver a Chile. En Chile la industria de la uva la está pasando mal… y muchos en Chile dicen ‘nos dormimos, le dejamos espacio a Perú’… Que eso no nos pase a nosotros, no le dejemos espacio a nadie, tenemos que preocuparnos realmente por la eficiencia operacional. Como nosotros, Chile también llega al mercado norteamericano, y lo hemos desplazado un poco hacia la parte tardía, ellos han bajado su volumen también”.

Pero, ¿qué tan mal la está pasando la uva de mesa en Chile? Al igual que en Perú, ¿se teme un crecimiento desordenado y con poca calidad que afectaría aún más los precios? ¿Hay espacio para seguir creciendo en hectáreas? ¿Eso es lo que quieren los productores chilenos? ¿Cómo va el recambio varietal?

Al respecto, Carolina Cruz dice lo siguiente: “Chile, hoy, lejos de crecer, está disminuyendo su superficie, acotándose a las zonas donde se pueda tener mejor competitividad y donde pueda haber menores costos asociados a la producción de la uva de mesa. El recambio varietal todavía es muy limitado, no tenemos acceso a todas las variedades nuevas de manera libre, y el pago de royalties se contradice con los resultados que deberían lograr las nuevas variedades. En Chile estamos viviendo un periodo muy ajustado. Perú estaba en un período de expansión importante, sin embargo, creo que ya está enfrentando situaciones difíciles de competencia interna, de costos crecientes de mano de obra –como en Chile– y de nuevas plagas y enfermedades; son desafíos que Perú va a tener que ir asumiendo en el corto plazo, con los costos que implican. En algún momento, al igual que Chile, Perú va a tener que comenzar a ordenarse”.

“Más que establecer competencias netas con países como Perú y México, lo que tenemos que hacer es conversar respecto a cómo vamos a ir integrándonos en este negocio global”. Carolina Cruz, vicepresidenta Uvanova, Chile.

COMODITIZACIÓN EN MARCHA

Óscar Salgado es ingeniero agrónomo por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y un reconocido asesor internacional en uva de mesa, con una larga trayectoria profesional que comenzó en Chile pero que luego continuó en diversos países, como Egipto, donde participó de los inicios y desarrollo de la uva. En el congreso internacional que tuvo lugar en Ica, estuvo a cargo de una charla titulada Panorama mundial de la uva de mesa: la foto global.

Ahí dijo lo siguiente: “Son tiempos de analizar cada ángulo de nuestro negocio y pensar cada movimiento, pero sin el lujo del tiempo; los daños colaterales y las pérdidas de muchos productores/exportadores e importadores, será más bien la tendencia. La uva de mesa tenderá a ‘comoditizarse’ y habrá una consolidación y concentración de la producción; habrá menos pero más grandes productores, esto ya está sucediendo en muchos países… En todo caso, hay que conocer quiénes podrían ser la competencia antes de que lo sean, ¡dejemos de mirarnos el ombligo! Cuando escucho a compatriotas chilenos decir que Perú nos quitó… ¡No! Perú no nos quitó nada, nos dejamos estar por creernos los más grandes y los mejores”.

“En Chile dicen ‘nos dormimos, le dejamos espacio a Perú’… Que eso no nos pase a nosotros, no le dejemos espacio a nadie, tenemos que preocuparnos realmente por la eficiencia operacional”. Gerd Burmester, director Inversiones Vecs, Perú.

América Ramírez, jefe de estudios e inteligencia de mercado de la firma chilena Decofrut –que brinda servicios de asesoría, administración y análisis para la agroindustria– coincide con Carolina Cruz respecto a que en Chile la superficie de la uva de mesa tiende a la baja. “Actualmente parte de estas hectáreas se han convertido hacia especies con mayores retornos, como la cereza. Pero aquellos campos que aún prosperan han debido saber tomar el recambio varietal como la alternativa más viable; en los últimos años las variedades patentadas han ido ganando terreno dentro de la oferta chilena, donde variedades tradicionales como Red Globe, Flame y Thompson han ido disminuyendo”.

Añadiendo a Perú en su análisis, Ramírez señala que en dicho país el recambio se ha dado de una manera mucho más acelerada. “En Perú hemos podido ver cómo la oferta de Red Globe ha disminuido fuertemente en los últimos cuatro años, en contraste al aumento que han experimentado las blancas sin semilla y rojas sin semilla, que son dominadas por variedades patentadas, siendo el primero de estos dos grupos el de mayor relevancia”.

Pero, ¿cuáles son los desafíos que enfrentan hoy los principales actores de la industria de la uva de mesa a nivel mundial? ¿Perú, Chile y México son países que pueden complementarse o netamente competidores? Para América Ramírez, la calidad y consistencia de la fruta en el tiempo son hoy un asunto relevante en los mercados internacionales. “Temas como el uso de los recursos hídricos y la mano de obra son fundamentales. En una industria donde tenemos orígenes que crecen exponencialmente en su producción, la calidad pasa a ser un atributo diferenciador, así como también la sustentabilidad del negocio. Los consumidores, buscan calidad y pagan por la calidad, independiente del origen; por su parte, las generaciones más jóvenes otorgan valor a otro tipo de atributos asociados al bienestar general”.

Respecto a los distintos oferentes, como Perú, Chile y México, la profesional de Decofrut señala que aún estamos en un punto en donde la oferta de estos países se complementa, sobre todo este año en donde la producción se ha visto mermada por asuntos climáticos. “Sin embargo, es relevante poder pre visualizar las temporadas a modo de programar de la mejor forma la oferta, de tal manera que los precios no tiendan a la comoditización; en ese sentido, la calidad cumple un rol fundamental”.

“En una industria donde tenemos orígenes que crecen exponencialmente en su producción, la calidad pasa a ser un atributo diferenciador, así como también la sustentabilidad del negocio”. América Ramírez, jefe de estudios e inteligencia de mercado Decofrut.

MÉXICO: 30 MILLONES DE CAJAS

Marco Antonio Camou es presidente del Comité de Vigilancia de la Asociación Agrícola Local de Productores de Uva de Mesa en México (AALPUM) y también tuvo una participación destacada en el congreso organizado por Provid. En dicha instancia aludió a la relevancia de Sonora como el estado mexicano con mayor producción de uva de mesa, al concentrar el 87% del total del país con 14.300 hectáreas plantadas. En la última campaña consiguieron 30 millones de cajas, de las cuales 25 millones tuvieron como destino el mercado externo.

“Habíamos pronosticado que exportaríamos alrededor de 24 millones de cajas, pero fueron 25 al final; en febrero tuvimos una onda fría, donde hubo no tanto heladas fuertes, pero sí daños por bajas temperaturas, y la variedad Flame, la que más producimos, fue la que se vio más afectada al momento de hacer los pronósticos, en marzo y abril, motivo por el cual nuestros pronósticos fueron más bajos; al final la planta se recuperó, tuvimos un gran margen de error”, dijo Camou.

«¡Dejemos de mirarnos el ombligo! Cuando escucho a compatriotas chilenos decir que Perú nos quitó… ¡No! Perú no nos quitó nada, nos dejamos estar por creernos los más grandes y los mejores”. Óscar Salgado, asesor internacional.

En México se producen alrededor de 176.600 toneladas por temporada para exportación, siendo Estados Unidos su principal mercado; le sigue Canadá. “En 2018, las nuevas variedades representaban el 19.18% de la oferta mexicana, mientras que el 80.82% eran tradicionales. Pero año a año han ido subiendo las licenciadas; este 2023, produjimos licenciadas y tradicionales casi por igual, casi 50-50”.

¿Y qué otras ventajas tiene México como país productor de uva, además de estar cerca de Estados Unidos? ¿Cuál es su principal problemática? América Ramírez explica que México entra al mercado con su producción desde abril hasta julio, con un peak marcado en el mes de junio, “este año retrasado por las condiciones climáticas de Sonora. México aparece en el mercado norteamericano en el mes de mayo, cuando ya la oferta del hemisferio sur se encuentra prácticamente finalizada, y aún la fruta local es insuficiente para cubrir la demanda, lo que le da una ventana de comercialización. Sin embargo, el recambio varietal en México ha sido lento y enfocado en variedades de media estación; aún hoy, la oferta proveniente de México corresponde mayoritariamente a variedades tradicionales, como Flame, Superior y Red Globe”.

La especialista subraya que actualmente el peak de exportaciones, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de México, (SIAP) ocurre en el mes de junio (aproximadamente el 70% del volumen de la temporada), y se concentra mucho, lo cual podría traer problemas de sobrestock en frigoríficos y por ende en la comercialización.

CHINA: Y DESPERTÓ BUDA

Algo en lo que coincidieron varios especialistas en el 1er Congreso Internacional de la Uva de Mesa, fue en la importancia de China, esta vez como país exportador. Al respecto, Gerd Burmester señaló: “En Perú hay un poco más de 22 mil hectáreas de uva de mesa. ¿Saben cuántas hay en China? ¡500 mil!, de las cuales 100 mil son de la variedad Shine Muscat, una muy buena uva que casi puede estar todo el año en los mercados chinos. De esta manera, podemos intuir que el mercado chino, en pocos años, en vez de ser un importador neto va a ser un exportador neto, y va a amenazar mercados donde nosotros ya estamos, como Taiwán, Corea, Japón… quizás Estados Unidos no, pero sí Vietnam, y el mismo mercado chino. Y nosotros que pensábamos que el mercado chino era infinito, pero era una ilusión. China es impredecible y ahora está produciendo cada vez más uva de mejor calidad, así que ese mercado probablemente desaparezca”.

Óscar Salgado también se refirió a este tema: “En mis exposiciones de 2014, yo decía: algún día el Buda se va a despertar, y ahora vemos que, según las estadísticas, en China hay 500 mil hectáreas. China tendrá, no sé si en volumen, uvas los 12 meses del año, como Brasil y Australia. China tiene un enorme mercado local, esa es la diferencia. Eso de que ‘el chino que tiene dinero solo compra importado’, no duró nada. Cada vez se protege más la propiedad intelectual, gran parte de los programas genéticos están operando en el país. China se va a transformar en un referente de exportación, sí o sí. Y va a llegar tarde, tan tarde como California y tal vez con mayor vigor”.

“China se va a transformar en un referente de exportación, sí o sí. Y va a llegar tarde, tan tarde como California y tal vez con mayor vigor”. Óscar Salgado, asesor internacional.

Carolina Cruz tiene una mirada un poco más optimista respecto a la autosuficiencia de China: “Hoy, China es el principal productor de uva, pero claro, son variedades distintas de las que nosotros exportamos hacia allá. A mí me parece que todavía hay mucho espacio para crecer en China. Es un mercado donde tenemos que seguir desarrollándonos, con variedades atractivas, como a ellos les gusta, con alto sabor y buenos calibres. En el mediano plazo y como viene creciendo la población en el mundo y en China, la demanda va a seguir. A pesar de que ellos (los chinos) tengan una alta producción interna, no veo que no haya espacio para seguir creciendo, de momento, en ese mercado”.

América Ramírez concluye, poniendo paños fríos al asunto: “Tanto para Perú como para Chile, China es un mercado más bien secundario, el cual ha ido a la baja progresivamente, siendo más notorio en el caso de Chile. Los esfuerzos de ambos países están enfocados en Estados Unidos. Lo mismo ocurre con México que, hacia el final de la temporada chilena e inicio de la temporada californiana, es el principal proveedor del país norteamericano, pero a deferencia de los dos primeros tiene un periodo de comercialización más acotado. Actualmente China es, además del mayor productor de uva de mesa a nivel global, el mayor consumidor, dejando aún un delta para proveerlos en contratestación. En la agricultura son muchos los factores que pueden afectar la producción, y en estos momentos en donde el clima ha tomado un rol preponderante, me parece que aún bajo las proyecciones respecto a China, va a haber una ventana para las importaciones desde el hemisferio sur”.