“Aprender de los mejores no significa hacerlo igual”
INTERNACIONAL | Ricardo Uribe - CEO de Cartama y presidente del Comité Ejecutivo del Colombia Avocado Board

“Aprender de los mejores no significa hacerlo igual”

Con su visión empresarial, el ejecutivo ha llevado a Cartama a ser la empresa número uno en producción y exportación de palta Hass en Colombia. La confianza que ha generado en el sector influyó en su nombramiento como presidente ejecutivo de la organización Colombia Avocado Board para liderar el desafío de conquistar con esta fruta el mercado estadounidense.


Por Consuelo Restrepo González | Fotografías: César Carrillo Gómez

Aunque su título profesional es administrador de negocios de la Universidad EAFIT, Ricardo Uribe se define como agrónomo de corazón. Durante su juventud nunca fue cercano ni se sintió influenciado por el agro. Antes de comenzar con Cartama era dueño de su propia empresa de alimentos llamada “La Cajonera”, la cual elaboraba y distribuía arepas de yuca rellenas de diferentes tipos de queso. Hace 20 años, su padre, Luis Carlos Uribe, un reconocido ejecutivo colombiano, le habló de la oportunidad de cultivar palta Hass tipo exportación. Esta conversación se dio después de que él conociera la operación de la empresa Propal en Chile, la exportadora más grande de palta en ese país.

Con un proyecto de alimentos que estaba siendo muy exitoso y con otro por comenzar, Ricardo dejó la dirección de “La Cajonera”, aunque aún sigue siendo el socio mayoritario, y se sumergió de lleno en el campo. La familia Uribe se ha caracterizado por hacer las cosas bien a nivel empresarial y el nuevo negocio de palta no iba a ser la excepción. Durante 12 años Ricardo se dedicó a visitar todos los países con los mejores modelos de producción de palta. Estuvo en Chile, Perú, México, Nueva Zelanda, Australia, Israel y España; donde pudo entender, mas no copiar, los proyectos de estos países.

Luego de este recorrido, comprendió que las condiciones climáticas de Colombia eran muy diferentes a los demás países y para tener éxito era necesario tropicalizar esta variedad. Si bien en Colombia la palta es un árbol nativo, las variedades existentes hasta ese momento no eran aptas para exportación y tampoco existían cultivos tecnificados de Hass.

El sueño de ser un proveedor mundial comenzó en el municipio de Rionegro, Antioquia, en la finca “La Escondida”. Fue allí donde Cartama se convirtió en pionera del cultivo de esta variedad y en su exportación.

¿Cuál ha sido el éxito de Cartama y la palta Hass colombiana?

Yo diría que habernos permitido entender cómo funciona la industria, darnos el tiempo de tener nuestra propia variedad adaptada a las condiciones de Colombia y al mismo tiempo ir cumpliendo con las exigencias del mercado para ser competitivos, para así entrar a ofertar junto a los grandes de la industria como México, Chile y Perú. Aprender de los mejores no significaba hacerlo igual que ellos, no podríamos utilizar los mismos patrones de cultivo, las distancias de siembra, sistemas de riego o tener los mismos problemas de nutrición. Nosotros tuvimos que aprender a hacerlo en las condiciones de nuestra tierra y eso tardó 12 años.

Cuando logramos hacer la cosecha, postcosecha, logística y comercialización de forma correcta, decidimos incursionar en el extranjero. Solo así minimizábamos los riesgos y dábamos a conocer un producto de calidad acompañado de un buen servicio.

Respecto al éxito del Hass, en los países de destino competimos con una cualidad única: la cantidad de aceite que éste contiene gracias a la estabilidad climática y la cantidad constante de luz natural que recibe durante todos los meses del año. Esto hace que los frutos tengan su ciclo completo y natural de maduración.

¿Cuáles han sido los desafíos como empresario de esta industria?

En el año 2000, cuando comenzó este proyecto, tuvimos el primer desafío de conseguir material vegetal para poder sembrar los árboles de la variedad Hass, pues en Colombia este tipo de palta no existía. Para ese entonces, Colombia producía solo variedades con pieles verdes como Papelillos o Antillanos, pero logramos conseguir unos ejemplares en la zona de Rionegro, en el departamento de Antioquia.

El segundo desafío fue lograr apoyo financiero de la banca, el cual es fundamental en este sector. Fue todo un reto, pues debíamos convencerlos en que invirtieran en un proyecto que no existía aún en el país. A través de los años nos ganamos la credibilidad de los bancos y al día de hoy son nuestros principales socios estratégicos.

El tercer gran desafío fue la genética. ¿Cómo encontrar la genética adecuada para producir palta Hass bajo condiciones tropicales? Esto tardó muchos años, porque teníamos que entender cuáles eran los patrones ideales para las condiciones ambientales que tenemos. Nosotros tenemos 46 plantaciones ubicadas entre los 1.700 y 3.000 metros sobre el nivel del mar (msnm). Esto quiere decir que las condiciones del suelo y clima son diversas y necesitábamos contar con la genética adecuada para cada zona.

Cartama se diferencia de otros productores al usar genética en sus cultivos ¿Cómo lo hacen?

Nosotros hacemos propagación clonal de los árboles, es decir, los producimos con doble injertación. Este proceso funciona de la siguiente manera: primero tomamos una semilla nativa que hace el papel de nodriza. Encima de esta ponemos la variedad clonal, la cual puede ser Latas, Bounty o Duke 7 y, una vez se enraíza la clonal, se le pone una argolla a la semilla nodriza. Con el tiempo, esta nodriza muere y así se injerta la variedad Hass. La semilla clonal siempre tiene el mismo origen genético y eso garantiza homogeneidad y mayor productividad por hectárea.

Con nuestras investigaciones modificamos las raíces de los árboles para darle mejor vida al cultivo. En Colombia, la caracterización de los suelos se hace por horizontes. Por ejemplo, en el horizonte A tenemos los contenidos de arena y de materia orgánica más altos, pues son ideales para la producción de palta Hass o para el establecimiento de las plantaciones. Pero a medida que se va bajando al horizonte B, se encuentran los contenidos de arcilla, los cuales hacen que vaya aumentando la humedad. Esto afecta las plantas. Una solución que nos dio el desarrollo genético fue la de transformar las raíces pivotantes de los árboles estándar de una profundidad de 1,20 metros a un sistema radicular de 40 o 50 centímetros. Así, al tropicalizar los árboles, esta intervención nos ayuda a proteger el árbol a la vez que usamos menos agua del suelo.

“Los cultivos de palta en Colombia no necesitan riego de goteo o fertirriego porque contamos con la bendición de las lluvias y con eso nos basta y hasta nos sobra.”

Aparte de la genética, hay otros retos como el acceso a mano de obra y cuidado del agua que están afectando la industria a nivel mundial. ¿Qué están haciendo al respecto?

Durante muchos años ha existido un desplazamiento de los jóvenes desde los territorios rurales hacia las ciudades por falta de oportunidades. Nosotros estamos desarrollando programas para que estas personas retornen al campo y crean en el agro a través de un trabajo digno y con la posibilidad de ser emprendedores trabajando la tierra.

Queremos aumentar la mano de obra disponible, pero pensando en un buen futuro para ellos. El 58% de nuestros colaboradores tienen entre 18 y 35 años. Para esta población hemos desarrollado proyectos como “Experto Hass”, en alianza con otras organizaciones, donde les ofrecemos tecnificarse, aprender idiomas y tener estudios en economía para profesionalizar sus conocimientos y así mejorar sus ingresos económicos.

En cuanto al manejo del agua, me gusta hablar de este tema, porque hay muchos cuestionamientos alrededor de la producción de esta fruta por su alto consumo de agua. No estoy de acuerdo con que esta idea se generalice, pues los cultivos de palta en Colombia no necesitan riego de goteo o fertirriego porque contamos con la bendición de las lluvias y con eso nos basta y hasta nos sobra. Yo doy fe de lo que digo porque Cartama tiene plantaciones en ocho regiones de Colombia y en ninguna tomamos agua del suelo.

¿Cómo llegó a ser el presidente ejecutivo de una organización tan importante como la Colombia Avocado Board en Estados Unidos?

Al entender muy bien el negocio de las paltas, he podido liderar a Cartama a través de una estrategia clara e internacional para convertirla en una compañía líder en Colombia y como referente de sostenibilidad a nivel mundial. Creo que ese fue el primer factor para poder llegar a este cargo en la Colombia Avocado Board (CAB). Debido a ello, los productores exportadores afiliados y los importadores norteamericanos me dieron ese voto de confianza. En respuesta, estoy dando todo mi conocimiento y pasión para dejar en alto el nombre del Hass colombiano y contribuir con el crecimiento comercial de éste en Estados Unidos.

¿Cuál es el panorama real del Hass colombiano y hacia dónde va la industria?

Definitivamente estamos entrando en una fase donde todos los productores tenemos que ser más competitivos, eficientes y productivos. La demanda mundial de palta crece 8% mientras que la oferta un 20%. Dentro de unos años la demanda y la oferta se van a igualar o la demanda va a supera la oferta. Para ese entonces, los que vamos a lograr posicionarnos a nivel mundial seremos las empresas sostenibles. No me refiero solo al cuidado del agua, sino a una relación sana con las comunidades, la fauna y flora, en entre otros.

Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) fueron creados con un propósito y las empresas deben trabajar en eso. A la fecha, nosotros ya cumplimos con nueve de los diecisiete objetivos establecidos. Somos una empresa con certificados en Rainforest Alliance, SMETA, Global GAP, BRC y B CORP.

El consumidor final cada vez empatiza con organizaciones que sean conscientes con el impacto social, económico y ambiental que generan. Dentro de la gran oferta, esos atributos van a ser decisivos en la compra.

Para finalizar, las únicas empresas que van a sobrevivir son las que están integradas de forma vertical desde la producción de la yema o semilla hasta la venta de la fruta en destino.

Hay nuevos jugadores en el sector como Kenia, Marruecos, Sudáfrica o Portugal ¿Le preocupa que, debido a la sobreoferta de palta a nivel mundial, los países objetivo como Estados Unidos o Europa bajen los precios y ya no sea rentable participar en la industria?

No me preocupa. Entiendo la pregunta, ya que para llegar a España, nosotros estamos a 14 días en barco, mientras que Portugal puede estar máximo a 2 días de trayecto en camión. Pero Portugal, Kenia, Marruecos o Sudáfrica no tienen algo que la industria colombiana sí tiene: el acceso a mano de obra, agua, puertos comerciales en dos grandes océanos y estar ubicados en el trópico ecuatorial, donde el clima es más constante, permitiendo así que la fruta madure con un sabor y niveles de grasa únicos.

¿Estamos más lejos de Europa? Sí. Pero los nuevos países que están ingresando tienen un reto muy grande en cuanto a agua y energía. No creo que puedan crecer tan rápido para lograr ser una fuerte competencia y acá en Colombia el establecimiento de cultivo y producción pueden costar la mitad de precio.

Por otra parte, con el crecimiento de la industria, la tendencia natural es que bajen los precios y esto ha venido sucediendo en los últimos 3 o 4 años. Sin embargo, hay momentos especiales como el que estamos viviendo actualmente en Europa, donde llevamos 3 semanas vendiendo a precios altos. Adicionalmente, hay retraso en la cosecha peruana y esto nos va permitir tener un buen retorno de la inversión, por lo menos, hasta la semana 18.

El año pasado, el verano en Estados Unidos tuvo un récord de precios porque México se quedó corto por algún motivo. Estas son situaciones fortuitas que benefician los precios en la industria.

¿Cuál es la estrategia del Hass colombiano en este momento?

Gracias a que podemos producir durante las 52 semanas del año, queremos salirnos del mercado SPOT y construir relaciones comerciales con supermercados en los países destino para abastecerlos durante todo el año y así tener precios fijos. De esta forma podemos protegernos un poco de la caída de los precios.

También, al utilizar árboles clonales vamos a incrementar la producción en un 20% y con mejor calidad. Y respecto a la conquista en Estados Unidos, lo estamos haciendo por la costa este porque estamos muy cerca en Internacional barco. Así dejamos menos huella de carbono, porque un contenedor contamina tres veces menos que un camión y podemos hacer más rápida la logística en esa zona, a diferencia de México.

Cartama ha construido el mejor y más moderno laboratorio que tiene Colombia. ¿Cómo fue hacer esa apuesta?

El laboratorio nace de la necesidad de tener análisis rápidos de la residualidad en las frutas para poder ingresar a otros países. Tenemos el único grupo de investigación de palta en Colombia inscrito a MinCiencias. Este laboratorio se llama AVOLAB y comenzó a prestar sus servicios para mejorar la industria de la palta. Próximamente vamos a poder apoyar a otras cadenas productoras de frutas.

¿Cuál es la proyección a cinco años?

La industria de Hass colombiano viene creciendo de forma muy acelerada. Hoy ocupamos el segundo lugar de exportaciones del país después del banano. Al cierre de 2022, exportamos 98.553 toneladas de Hass al mundo sin contar lo que se distribuye para consumo interno. En 5 años esperamos duplicar la cifra porque para 2027 esperamos tener 70 mil hectáreas sembradas. Adicionalmente, para conquistar mercados como el alemán, hay que hacer que los productores tengan certificaciones sociales, pues esta es la nueva exigencia allá.

¿Cuál es la estrategia para fortalecerse en los mercados chileno, estadounidense y canadiense?

Con Chile tenemos que apoyarlos para abastecer el consumo interno en las ventanas donde no tienen producción en el país.

En relación con Estados Unidos, que es nuestro aliado principal, tenemos que generar cada día más confianza en el suministro constante para las cadenas de supermercado. Debemos aprovechar las ventanas comerciales como el Super Bowl y los meses entre junio y septiembre.

En cuanto a Canadá, creo que es un mercado muy interesante que ha sido controlado por los mexicanos y a Colombia le ha faltado una estrategia para atender la demanda en ese país. El público canadiense vive en una economía sólida donde afecta menos la inflación y tienen mayor poder adquisitivo.

Aunque la industria de Hass colombiano se ve muy tecnificada, debe haber algo que aún no funciona bien. ¿Cuál es el mayor dolor del gremio de la palta?

Hay varios dolores. El primero son los celos que nos tenemos entre nosotros mismos. La competencia para el Hass colombiano no está afuera sino entre los locales. Hago un llamado para que trabajemos en conjunto teniendo orden. Es de vital importancia apoyar al gremio a través de Corpohass para tener una estrategia conjunta de promoción de la palta colombiana y ordenar la oferta de la fruta en el mercado porque, cuando cada uno sale por su lado, se deterioran los precios. Esa falta de comunicación la están aprovechando los compradores en el exterior y no podemos dar ese tipo de espacios.

“Estoy dando todo mi conocimiento y pasión para dejar en alto el nombre del Hass colombiano y contribuir con el crecimiento comercial de éste en Estados Unidos.”

Un dolor global al que le debemos dar pronta solución es a la construcción de una organización en Europa que sea similar a la Hass Avocado Board en Estados Unidos. Con ésta se podrán hacer campañas de promoción para aumentar el consumo de palta en ese continente.

Colombia tiene un límite de capacidad de empaque ¿Qué pasará al cumplir la meta de las 70 mil hectáreas sembradas para 2027?

Este año, las doce primeras semanas de cosecha estuvimos al límite de nuestra capacidad empacadora instalada y nos preocupa que, si seguimos creciendo de forma acelerada, no tengamos cómo sacar la fruta del país.

La planta empacadora de Cartama va a pasar empacar 250 a 1.000 toneladas por día, pero aún no es suficiente para la producción del país.

Necesitamos inversionistas extranjeros que construyan empacadoras de alto nivel. Esto sería un excelente win win para las dos partes. De no tener más empacadoras, los próximos años no vamos a tener cómo exportar toda la producción para el 2027.

Para finalizar, dos mensajes claves para los productores y compradores de Hass colombiano.

A los productores les quiero decir que esto no se trata de una carrera del que más produzca o el que más árboles tenga, sino de enfocarnos en la genética, en la calidad y en apoyar al gremio. Por su parte, mi mensaje para los importadores es que confíen en los agricultores colombianos y en la estabilidad de suministro. Aunque tengamos retos, son más las oportunidades que los desafíos.