Algas de la Patagonia para una agricultura mundial sostenible
EN LA MIRA | DEL PACÍFICO A LOS CULTIVOS DEL MUNDO

Algas de la Patagonia para una agricultura mundial sostenible

Encontrar insumos agrícolas alternativos que mejoren los rendimientos, calidad, calibre, condición de los frutales, y que sean amigables con el medio ambiente hoy resulta vital para la industria. PatBio lo ha logrado ofreciendo una variada gama de soluciones nutricionales cuya materia prima proviene directamente del mar.


Por Marcela Venegas Hartung

Aumentar de forma natural y sostenible los rendimientos agrícolas, la calidad y la condición de los frutos es un desafío constante en la industria. Cada vez son más los mercados que exigen que sus productos cumplan con una trazabilidad que demuestre que las frutas que se comercializan, más allá del origen, cumplan con múltiples estándares de calidad y que, en sus procesos productivos, esté presente una mirada amigable hacia el medio ambiente y las comunidades cercanas. Para lograrlo, la innovación es de vital importancia cuando de bioestimulantes agrícolas se trata.

Ese fue el punto de origen de Patagonia Biotecnología (PatBio), una empresa chilena de biotecnología agrícola enfocada en la investigación y desarrollo de productos a base de extractos de algas marinas de la zona sur de Chile, que permiten mitigar el impacto ambiental generado por fertilizantes químicos, a través de fórmulas naturales y eficaces a la hora de aumentar la absorción de nutrientes de los cultivos y evitando el estrés de las plantas.

DE LOS BOSQUES MARINOS AL AGRO

Pero ¿cómo los bosques marinos pueden contribuir a la salud de los suelos en el agro? La historia se remonta a los años 80´s cuando el ingeniero químico e investigador de la Universidad de Concepción, Gotardo Schenkel, se interesó en buscar soluciones sostenibles y eficientes para la agricultura de aquellos años, en donde vislumbraba que el cuidado de los suelos y el medio ambiente era esencial para lograr que se proyectara por años.

“Hoy como empresa estamos en el punto de inflexión para nuestra expansión internacional, estando validados en importantes mercados y con clientes referentes que confían en nosotros y respaldan nuestra gestión”.

En los 90 conoce a Marcelo Brintrup, ingeniero petroquímico de la Universidad Técnica del Estado de Punta Arenas – hoy socio director y gerente de Investigación y Desarrollo en PatBio desde 2013 – con quien comienza un trabajo de investigación sobre las propiedades que tenían las algas marinas como proveedoras de nutrientes para las plantas.

Después de ensayos y numerosos estudios de laboratorio, concluyeron que tanto el huiro, como otras algas que se dan de forma abundante en las costas del sur de Chile, ofrecían capacidades nutricionales importantes, para los suelos agrícolas. Con este convencimiento desarrollaron la fórmula FERTUM®.

Sin embargo, la fórmula por sí misma carecía de la mirada comercial, por lo que solo algunos agricultores la habían utilizado con buenos resultados. Fue en esos años cuando la fórmula de estos investigadores se une a la experiencia de Rebeca Gálvez, emprendedora serial y Endeavor, quien, junto a los socios cofundadores, David Hockley y Claudio Fernández, con experiencia financiera y comercial respectivamente, dieron origen a la compañía Patagonia Biotecnología con la que lograron patentar el fertilizante en Chile, EE.UU. y Canadá.

“En el 2013 Claudio Fernández, cuyo padre había comercializado el producto prototipo y actual gerente comercial de PatBio, se acercó a David Hockley y a mí, a través de Óscar Cornejo, mi mentor y director de empresas en el área acuícola”, recuerda la CEO de PatBio.

Las aplicaciones de los productos FERTUM® cubren una amplia gama de cultivos, incluyendo frutales de exportación, cultivos tradicionales y hortalizas.

INVESTIGACIÓN + EXPERIENCIA EMPRESARIAL

Actualmente, la industria agrícola a nivel mundial apunta a la agricultura regenerativa, es decir, devolver a los suelos los nutrientes capaces de sustentar la vida de microorganismos que le permiten mantener al “suelo vivo”.

Tras la revolución industrial, los esfuerzos en la industria agrícola iban en la dirección del uso de fertilizantes químicos debido a sus resultados casi inmediatos, desconociendo el efecto nocivo que tenían sobre los microorganismos, lo que se hizo evidente con el tiempo y tras repetidas aplicaciones. En la actualidad el desafío es recuperarlos.

“Nuestra fórmula patentada combina extractos de las algas Macrocystis pyrifera; Ulva lactuca; Durvillaea antárctica; y Porphyra columbina y es producto de un proceso lo suficientemente potente para liberar los componentes activos y benéficos de las algas, entregándolos a los cultivos en forma soluble, y lo suficientemente delicado para no destruirlos”, comenta Gálvez. “Los extractos de algas aportan características únicas a nuestros productos en cuanto a su efecto antiestrés y actividad precursora de fitohormonas naturales en la planta, junto a un gran espectro de agentes complejantes como ácidos carboxílicos, ácidos orgánicos, carbohidratos y aminoácidos”, agrega.

En sus inicios, el descubrimiento estaba validado en cultivos tradicionales como papas y arándanos. Sin embargo, en a actualidad está validado en una amplia gama de cultivos, incluyendo frutales de exportación, como la uva de mesa, vinífera, cerezos, cítricos, paltos, nogales, avellanos, entre otros. Además de cultivos tradicionales y hortalizas, con presencia en Chile, Perú, Ecuador, México y California.

Con un equipo multidisciplinario y con experiencia, la empresa pudo contar con el apoyo de ProChile, Corfo y la banca para consolidar la empresa y sus productos. “Ha sido un trabajo en equipo. Estos cuatro gerentes partimos con cinco personas trabajando, hoy somos 47 personas, y tenemos una estructura organizacional que nos permite gestionar cada una de las fases del proceso productivo y comercial de nuestra oferta”, comenta la CEO.

Actualmente, la calidad de los productos de PatBio ha sido ampliamente probada con asesores especialistas, con un costo competitivo, y que aporta a la sostenibilidad en su más amplio sentido, ya que las algas no se sacan de raíz, sino que existe un manejo racional del recurso haciéndolo 100% sustentable. De esta forma, se protege el medio ambiente y la regeneración del recurso marino.

Es así como en 2022 fue certificada como empresa B, con lo que buscan “una sostenibilidad no solamente a nivel ambiental, sino que también social, contribuyendo al ecosistema territorial; y financiera, con el objetivo de ayudar al crecimiento país”. Y es que las algas usadas en los productos FERTUM® provienen de alianzas estratégicas con comunidades pesqueras que cosechan de bancos naturales y que han sido capacitadas para una extracción sustentable del recurso. Además, actualmente cuentan con concesiones donde cultivan sus propias algas y alianzas estratégicas con algunos actores de la industria acuícola que han tomado conciencia de las ventajas que reportan las algas en cuanto a la oxigenación de las aguas y captura de CO2.

La empresa hoy está en un proceso de internacionalización llevando sus productos a nuevos mercados, confiando en la calidad y buenos resultados. “Hoy como empresa estamos en el punto de inflexión para nuestra expansión internacional, estando validados en importantes mercados y con clientes referentes que confían en nosotros y respaldan nuestra gestión. Participamos activamente en ferias y seminarios internacionales, posicionando nuestros productos a partir de la asesoría técnica al agricultor y confiando en la calidad y resultados obtenidos a partir de la consistencia de nuestras soluciones”, explica. Lo anterior gracias a que la empresa ha invertido recursos en ensayos que validan constantemente sus productos, buscando nuevas soluciones para la nutrición de suelos y cultivos.

Las proyecciones de la compañía apuntan a fortalecer su presencia en el exterior, principalmente abriendo México, Centroamérica, otros estados en EE.UU. y China. En términos de ventas, la meta el crecer un 50% en 2023; en 2024 duplicar las ventas que se obtengan a partir de este año y mantener un ritmo de crecimiento de mínimo 30% anual para crecer 15 veces a 2027.